EL CONFLICTO ENTRE SUNIES Y CHIIES

:: Lunes, 6 de Marzo de 2006 ::

Por Said K. Aburish, escritor y biógrafo de Saddam Hussein. Autor de Nasser, el último árabe (LA VANGUARDIA, 06/03/06):

Todos los gobiernos del Oriente Medio árabe gobiernan en nombre del islam. La ausencia de línea divisoria entre césar y Dios significa que la política es una prolongación de la fe religiosa.

Las dos ramas principales del Islam son las representadas por los suníes y los chiíes, el 85% y el 15% respectivamente del total. Los orígenes del distinto rumbo que adoptaron ambas tendencias, en el siglo VII, son claros y distintos: los suníes creen que el líder de los creyentes -el califa- debe ser investido como tal mediante la baya, o acto solemne de reconocimiento, en tanto que para los chiíes queda investido a perpetuidad en la línea de descendencia del profeta Mahoma. El tiempo no ha hecho más que ahondar estas diferencias.

Desde una perspectiva histórica, los chiíes tomaron la delantera, pero no ha sido hasta una época reciente cuando han accedido a una situación de preeminencia en Irán. Sin embargo, el derrocamiento de Saddam Hussein les ha dado asimismo Iraq. Sus chiíes, que son mayoría (un 60%), se hallan resueltos a controlar el país que Estados Unidos les ha puesto en las manos. En Líbano y Bahrein (donde son respectivamente el 40% y el 50%) proliferan aquí y allá evidentes indicios de que están dispuestos incluso a acrecentar su poder.

Quien situó en el poder a los suníes iraquíes fue la Gran Bretaña posterior a la Primera Guerra Mundial -no Saddam Hussein- colocando al rey Faisal I en la jefatura del Estado. La promoción británica del factor suní constituyó una suerte de maniobra compensatoria, de modo que éstos se convirtieron en un poder delegado del colonialismo británico en la zona. De 1921 al 2003 sólo ha habido un primer ministro chií, Saleh Yaber, y duró menos de un año.

En Arabia Saudí, los chiíes corrieron peor suerte. La subsección wahabí del islam suní, religión oficial del Estado a la que pertenece la monarquía reinante saudí, considera herético el chiismo. En 1991, Abdulah Bin Yibrin, delegado real para presidir el Consejo de los Ulemas, declaró que los chiíes son “idólatras que deberían ser exterminados”.

Tal llamamiento público al genocidio -el 15% de la población de Arabia Saudí es chií- no suscitó protesta alguna. Bin Yibrin, muy parecido a su correligionario Ossama Bin Laden, contó con el apoyo de la casa real saudí, que, a su vez, cuenta con el respaldo de Estados Unidos.

En Kuwait, los chiíes representan el 40% de la población, y en Bahrein, el 55%. Nadie amenaza con liquidarlos, pero su situación se asemeja a la de sus correligionarios saudíes. Las monarquías de ambos países fueron obra de los británicos tras la Primera Guerra Mundial. Como en el caso de Arabia Saudí e Iraq, el caso kuwaití traduce de hecho su disposición favorable a seguir los dictados de Gran Bretaña. En realidad, las demandas chiíes de igualdad y representación han topado siempre con las familias reales y sus amos. Se tildó el islam chií de xenófobo, y la buena disposición iraní a ayudarlo proporcionó a sus gobiernos una excusa para acusarlo de subversión.

Los Emiratos Árabes Unidos y Qatar cuentan con una población chií muy escasa, pero existen disputas territoriales entre ellos e Irán a propósito de los recursos petrolíferos y gasistas del Golfo.

La situación de Líbano es análoga a la de Iraq antes de la invasión estadounidense. Los chiíes - el 40% de la población total- constituyen el mayor grupo religioso del país, pero el sistema de gobierno que dejó la Francia colonial dio la presidencia a los católicos maronitas y el cargo de primer ministro a los musulmanes suníes. De manera absurda, y aun siendo el doble de las fuerzas maronitas o suníes, los chiíes recibieron a modo de consolación la presidencia del Parlamento. La intrínseca injusticia que significa la situación de los chiíes en Líbano se verá influida por el conflicto en auge entre chiíes y suníes.

Omán, Yemen y Siria son gobernados por subgrupos chiíes moderados, los zaydíes en Yemen y Omán y los alauíes en Siria. La situación de los zaydíes en Omán y Yemen expresa su importancia numérica en tanto que mayoría. Pero los alauíes de Siria controlan el país aun siendo menos del 15% de la población. Los alauíes accedieron al poder bajo mandato francés, que no se sintió amenazado por ellos como por la mayoría suní y nutrió con ellos los mandos del ejército.

Palestina, Egipto, Jordania y Libia no poseen población chií. Pero su población suní, crecientemente militante y activa, observa la toma del poder chií en Iraq con malestar y preocupación. Junto con Arabia Saudí, prestarán probablemente su apoyo directo o indirecto a los insurgentes. La ironía de lo que acontece en Iraq, amenazando la estabilidad regional, estriba en el apoyo de EE.UU. a los chiíes iraquíes. Entre las razones que EE.UU. adujo para justificar la invasión de Iraq figura la amenaza que podría representar una alianza entre Saddam y Bin Laden, incluido el empleo de un Iraq como base de terrorismo islámico suní. Los años de tentativas y fracasos en Iraq han obligado a EE.UU. a respaldar a un régimen fundamentalista chií basado en la doctrina del Consejo Supremo de la Revolución Islámica de Iraq (Sciri). Se trata de una alianza de conveniencia que favorece al Sciri, cuyos objetivos a largo plazo coinciden con los de Bin Laden. El Sciri, creado por Irán, hacia el que se siente obligado y agradecido, es más fiel a la República Islámica de este país que a EE.UU.

Si Iraq se fragmentara en entidades políticas chiíes, kurdas y suníes, el precario antiguo equilibrio regional de poder dejaría de existir. Junto con Irán, un Sciri dirigido por Iraq incitaría a los chiíes de Kuwait y Bahrein a reclamar mayores derechos en sus países. La afinidad político-espiritual entre Irán e Iraq será patente en su actitud hacia Israel. Su duodécimo imán atravesará Jerusalén para reunirse con Alá (no obstante, adviértase que de ningún modo puede pasar por esta ciudad, ¡por lo que necesariamente habrá de ser liberada…!).

Irán e Iraq controlarán suficiente petróleo como para influir en su flujo y precio en todo el mundo. Ambos unidos pueden amenazar la estabilidad económica de Estados Unidos. La crisis actual entre Irán y Estados Unidos sobre el programa nuclear del primero ya ha sembrado cizaña entre Estados Unidos e Iraq. Las posibilidades de que Iraq prescinda de Irán en favor de Estados Unidos son prácticamente inexistentes.

Cualquier clase de duda sobre la afinidad espiritual entre ambos países debería haber sido despejada con la adopción por parte del Sciri de leyes islámicas que se remontan a los puntos de vista de Jomeini sobre la mujer. El presidente iraquí ya los ha privado de derechos civiles pese al hecho de que Iraq tuvo una diputada en el gobierno en 1998 (naturalmente, Estados Unidos no abrió la boca).

Lo cierto es que las guerras en Afganistán e Iraq comenzaron como guerras contra la militancia suní, el Al Qaeda de Bin Laden y otros grupos. Desprovisto de apoyo popular principalmente por su respaldo a Israel, Estados Unidos entabló alianzas con la militancia chií tanto en Iraq como en otros países. Actualmente, el enfrentamieno creciente entre chiíes y suníes en Iraq ha creado un foco de conflicto regional que está escapando de control. La militancia chií en Irán, Líbano, Iraq y otros países representa una amenaza mayor para Estados Unidos, Arabia Saudí, Israel, Kuwait, Bahrein, Líbano y otros países que la que Saddam Hussein nunca pudo imaginar

CLASE DE CINE POR ALESSANDRO BARICCO

El escritor Alessandro Baricco disecciona en un sugestivo breviario el rodaje de su primera película, Lezione 21. "Si te portas bien, al final te regalan la claqueta. Como las orejas del toro al torero"
Alessandro Baricco 08/03/2008

El año pasado he rodado una película. Primero la escribí y luego, como se dice, la dirigí. Una experiencia extraña. Tras muchos años dejándome embrujar por el cine en salas oscuras me he pasado al otro lado de la pantalla para descubrir cómo se hace. No voy a extenderme mucho pero diré que prácticamente ha sido como ir a clase. He aprendido un montón de cosas y ahora que he terminado la película, ahora que definitivamente la están pasando al celuloide convirtiéndola en un objeto irreversible, como un retrato, como un clavo retorcido, se me ocurre festejarlo compilando un breviario de lo que he entendido o de lo que creo haber entendido. En orden alfabético, lo que no deja de ser un orden.

No tengo muy claro por qué en el cine hay una organización sutilmente militar. Se diría que todos la necesitan

¿Qué diferencia hay entre escribir y dirigir? La misma que entre tocar el piano y dirigir una orquesta. Todo es música

Actores
Lo que hay que saber sobre los actores es lo siguiente: 1. La mitad del talento de un director consiste en seleccionar bien. Lo cual, por cierto, es muy difícil. Hacer un casting es como reconocer un huevo duro entre una docena de huevos frescos. O eres muy bueno mirando a través de la cáscara o lo que precisas encontrar lo hallas con ayuda de la fortuna. 2. Cuando un actor se emociona realmente durante el rodaje vives un momento bellísimo; pero precisamente esa escena es la que nunca vas a montar. En el cine, un actor que se emociona realmente es menos convincente que un actor que se emociona por oficio. Es una cuestión de cercanía de la mirada, de implacabilidad de la cámara. De hecho, en el teatro, creo, sucede al revés. 3. Contra cualquier previsión, el hecho de rodar primero el final y después las escenas del inicio o fragmentar una escena de amor en dos días de rodaje es algo que a los actores no les complica la vida. A ti te la complica pero a ellos no. Están acostumbrados y prefieren que sea así. Por tanto, el momento más idóneo para hacerles decir bien "¿pero tú eres tonto?" es darles la colleja una semana antes. 4. Quedan mejor las actrices con pómulos prominentes, siempre y en todo lugar. 5. A un actor realmente bueno se le reconoce cuando en un estudio quieres imponerle un detalle o sugerirle otra manera de hacer una escena: te escucha y luego te da las gracias.

Budget (presupuesto)
Las películas son caras. Para hacer una buena película en Italia se necesita más o menos el mismo dinero que Lele Mora se ha embolsado estafando a Hacienda (al menos eso es lo que dicen los del fisco).

Claqueta
Si te portas bien al final te la regalan. Como las orejas del toro al torero.

Control
Con total seguridad lo más difícil del oficio de director. Mantener el control de lo que estás maquinando, saber lo que estás haciendo en cada momento. También escribir libros es una tarea compleja pero escribir es un gesto compacto en el que ordenas todas las diferentes fichas en el mismo momento. Construir una frase es un gesto sintético como hacer figuritas con la arena de la playa. En el cine es diferente. La síntesis llega al final, uno trabaja siempre con retazos provisionales. Dispones solamente de algunas piezas y las restantes debes imaginarlas o recordarlas. Ruedas un final sin haber rodado el inicio, escoges vestimentas sin poder endosárselas a los actores, escribes cosas bufas sin saber quién las va a decir, montas la película sin ruidos de ambiente (alucinante), trabajas siempre viendo pasar las secuencias en pantallas muy pequeñas en las que la luz, los colores y la definición tienen bien poco que ver con lo que un día se verá en la gran pantalla. Cosas así. Es como correr con la cabeza metida en la bolsa del pan (¡probadlo!). Por poner un ejemplo tonto: he tenido que buscar el ruido que hace un actor arañando el hielo con dos instrumentos diferentes, uno en cada mano: pues bien, por inescrutables razones técnicas, el ruido de la mano izquierda lo he encontrado en un laboratorio del norte de Roma y el de la derecha en un taller de la otra parte de la ciudad. Evidentemente sin poder oír los demás ruidos de ambiente ni la música. ¿Se puede trabajar así? Sí, se puede, lo hacen todos; y todo porque entre las decenas de artesanos que pululan en este mundillo hay uno que siempre, digo siempre, lleva todo en su mente, tiene la película entera en la cabeza y nunca deja de ver en el reflejo del agua el río entero, en el vuelo aislado la bandada completa, en una sonrisa toda una vida. Y ése eres tú, el director. Bien se puede comprender que luego, por la noche, uno no duerma precisamente bien...

Digital Intermediate (digitalización)
Dicho confidencialmente "DiAi". Una adquisición bastante reciente. Pocos saben realmente cómo funciona pero en sustancia se toma el conjunto ya montado, se transforma en material digital, se manipula cuanto se quiere y se convierte en película, la que más tarde va a girar en el proyector. En teoría es cosa de locos porque en el alegre intermedio digital uno puede meter la mano donde quiere y hacer un lifting al filme en cualquier momento. En la práctica la situación es semejante a cuando te regalan un buen chorizo cular y lo metes en el congelador. Te aseguran que cuando lo descongeles seguirá siendo igual pero la duda de que estás haciendo un enorme desaguisado no te la quita nadie.

Doblaje
Dado que mi película se ha rodado en inglés (no es el momento ahora de explicar el porqué) he pasado por el trauma de tener que doblarla para la versión italiana. La primera vez que allí, sentado, oyes hablar a tu actor australiano como en los documentales sobre la vida de los castores y hacerlo en una lengua en la que sólo sabe decir espagueti carbonari, piensas irremediablemente en El exorcista. No es nada agradable, aunque puede suceder que, quince días después, veas toda la película doblada y te guste. Lo que confirma que somos un país de héroes, de santos, de navegantes y de dobladores.

Ejército
No tengo muy claro por qué en el cine hay una organización sutilmente militar. Cuenta mucho la jerarquía. Se diría que todos la necesitan. Nadie puede arruinar tanto este tinglado como un meritorio que se dedique a mirar por la cámara (sacrilegio) o un director que deje sentar en su silla al peluquero. Flota en el ambiente con una aparentemente estúpida rigidez la idea, precisamente militar, de que si cada cual permanece en su puesto nada puede suceder que pueda luego sorprendernos. Es una convicción falsa pero yo me he encontrado bien con ella porque en ese error he pasado toda mi vida.

Faq (preguntas frecuentes)
Pregunta: ¿qué diferencia hay entre escribir y dirigir una película? Respuesta: la misma que hay entre tocar el piano y dirigir una orquesta. En cierto sentido todo es música. (Añado, por deber de cronista, que pianistas que sean verdaderamente buenos dirigiendo existen, como mucho, dos en el mundo).

Graduatorie (escalafón)
Pregunta: ¿qué es más difícil, escribir un libro o dirigir una película? Respuesta: dirigir una película, al menos en el mismo sentido que es más difícil mantenerse en pie sobre un merengue que pintar la Capilla Sixtina.

Hurt, John
Véase Star.

Inquadrature (encuadres)
Cuando se rueda se pueden hacer todos los encuadres que se quieran: sobre ella, sobre él, sobre los dos, desde abajo, desde arriba, de lado. Después, durante el montaje, se escoge. Pero es como mover de un sitio para otro las figuras de un futbolín.

Lección veintiuna
Es el título de mi película. En principio la había titulado Freude, que es la palabra alemana con la que inicia el Himno de la Alegría de Schiller al que Beethoven puso música en la Novena Sinfonía. Me sonaba bien: Freude. Pero cuando ya iban tres que me comentaron "¡ah, un filme sobre Freud!", decidí cambiar. En cualquier caso, la película trata sobre la Novena de Beethoven. Sobre la Novena y sobre la vejez; curiosamente dos cosas de las que no tengo experiencia directa. ¡Vete a saber! Fin del intermedio publicitario.

Manifesto (cartel de cine)
Si la película va mal la culpa es del cartel, equivocado.

Montador
Hay sólo tres figuras en la vida con las que se puede alcanzar un nivel de verdadera, incondicionada intimidad y todo ello sin sexo: cuando te rompes la rodilla, tu fisioterapeuta; cuando eres católico, tu confesor; cuando haces una película, tu montador.

N
Es increíble que no haya aprendido nada que empiece con la N.

Objetivos
Son las lentes que el operador pone en la cámara. Puedes escoger entre una docena de propuestas diferentes. Los verdaderos talentos nunca se equivocan. Pero también hay que decir que, en general, el objetivo seleccionado siempre se lo han dejado en el hotel.

Productores
Una cosa que he comprendido es que el verdadero autor de una película, en el sentido más limpio del término, es el productor. Quiero decir que él es el que ve una constelación donde sólo hay estrellas. El talento de un director, el oficio de los artesanos, cierta cantidad de dinero, los grandes actores, los actores buenos aunque no famosos, una determinada historia, un cierto público: de por sí son como restos de naufragio a la deriva para los que él fabrica una balsa con la que navegar. Que luego salga una película de Navidad o Full Metal Jacket es otra cuestión. En origen su gesto no es el del contable que hace cuadrar las cuentas sino el de un creador que donde los demás ven un montón de piedras él ve la cantera para una catedral. Luego vamos nosotros para oficiar la misa cantada, allí dentro, pero el espacio es hijo suyo, estaba en su mente y es la pesadilla de sus noches y tal vez su sueño.

Quanto manca? (¿cuánto falta?)
Pregunta recurrente en el plató. Equivale a "cuando cortemos se come".

Rugby
En el rugby dice la sabiduría popular que quien toque el piano que cargue con él. No es muy diferente en el cine. El director lo toca, el tramoyista lo mueve. El director de fotografía lo toca moviéndolo, el ayudante de director lo mueve tocándolo. El montador lo toca cuando todos se han ido y el director artístico cuando todavía no ha llegado ninguno. Al final, el distribuidor, harto, va y lo vende.

Star (estrellas)
Actores aparentemente semejantes a los otros. Sólo que en la pantalla dejan su estela aunque sea tragando saliva. Yo tuve uno en mi película. Tragaba como un dios.

Sopraluoghi (localizaciones)
Se va por ahí, por el mundo, buscando un lugar adecuado para rodar. Delicioso. Primero van los especialistas, luego, hecha la selección, llega el director. Da vueltas como si fuera un zahorí, buscando la inspiración y todos los demás le siguen hablando bajito y sin hacer preguntas. En el caso de una localización de exteriores puede suceder que el director se aleje en un determinado momento, silencioso, como prendido de una súbita iluminación. Todos le siguen. Entonces el director dice que va a mear y todos se alejan.

Tiempos muertos
En los tiempos muertos, en los estudios, los actores leen libros. Siempre, por aquello de que soy un escritor que ha rodado un filme, he pensado mientras los miraba que allí debía haber una especie de moral escondida. Sólo que nunca he conseguido entender cuál.

Uscita (día de estreno)
Escoger cuándo hay que estrenar una película en una sala comercial es un arte y también el juego de azar preferido por la gente del cine. Igual que la dermatología, es una ciencia inexacta que encierra dogmas indiscutibles pero con la serena convicción de que nadie entiende nada. En el caso de una película normal se trata de escoger el fin de semana bueno evitando las trampas, como en un campo minado: el día de Navidad, el de la Pascua, los puentes soleados, las semanas blancas, el día de estreno de las grandes producciones americanas, el estreno de la película europea concurrente, las eventuales elecciones, los meses de verano, la final de la Champions, el Festival de San Remo, la primera comunión del hijo del director. Mi película, por ejemplo, se estrenará en 2017.

Visión
Resumiendo, se puede contar así: sucede que tienes un día una especie de visión y meses después, tal vez años, te sientas en una pequeña sala y esperas ver esa visión reflejada en la pantalla convertida en materialidad y, por tanto, en algo visible también para los demás. En el tránsito que va de la mente a la pantalla pasa todo lo habido y por haber y en todo ese monumental cirio tu verdadera tarea ha sido la de no perder contacto con aquella visión tuya, salvarla. No has hecho otra cosa. Durante meses has llevado de la mano a un niño por un parque de atracciones tratando de no perderlo. También se podría decir que escribir un libro no es algo tan diferente. Y es verdad. Pero en el cine, esa increíble acrobacia que es permanecer fiel a una visión propia se convierte en un ejercicio físico que hay que realizar en medio de un pandemonio de cosas y personas y con la ayuda de un montón de profesionales. En el cine se da a luz en público, como las reinas. Esto genera una especie de progresivo desenfoque de tu visión original, un suave deslizamiento hacia la oscuridad. Paradójicamente, cuanto más aprendes el oficio y más se capacitan tus ojos para mirar en el lugar del rodaje, menos consigues mantener una mirada precisa sobre tu visión original. Puede parecer absurdo, pero al final debes aceptar que te vas a quedar ciego. Es algo que no sucede con los libros. Cuando pierdes contacto con la visión de origen, interrumpes la tarea y esperas. En el cine es más complicado. Recordad personas que en un momento de su vida hayan perdido la vista por una enfermedad, por un accidente, por casualidad. Probad a imaginar el obstinado gesto, difícil y poético, con el que esas personas aferran en su memoria un paisaje visto de niño, la forma de un campo de fútbol, la cara del mejor amigo. A mí me ha parecido que hacer cine es algo semejante. Al final, te llevan a una sala oscura, ante una pantalla y, por más increíble que parezca, vuelves a ver el paisaje, el campo, al amigo. Si resultan idénticos a como los recordabas entonces vives una sensación imposible de describir.

Zoo
Dado que los guionistas ganan menos, se divierten menos y son menos famosos que los directores, se vengan escribiendo secuencias en las que aparecen animales. Algunos, los más malos, escriben escenas con animales y niños. No es muy frecuente pero algunas personas perturbadas llegan a escribir escenas en las que animales y niños están en medio de la nieve, o bajo un diluvio, o en una tempestad de viento. En esos casos, el guionista, por prudencia, no asiste al lugar de rodaje. En otros casos sí va pero nadie le mira. Entonces él se va a su casa a escribir una escena en la que siete niños persiguen a un pavo bajo una tempestad de nieve en la playa de Sabaudia. De noche. -

© La Repubblica Traducción de José Manuel Revuelta. Alessandro Baricco (Turín, 1958) ha rodado Lezione 21 con John Hurt como protagonista y Leonor Watling en el reparto. El estreno está previsto para septiembre. Seda, el filme de François Girard sobre la novela del escritor, se estrena el día 19. Los días 3 (en el Teatro Lope de Vega de Sevilla) y 6 de abril (en el Teatro de La Laboral de Gijón), Baricco participará con Marlango en el Festival Palabra y Música.

DESCRIPCION DE TRAVIS BICKLE EN TAXI DRIVER.


TRAVIS BICKLE: “26 años, delgado, curtido, el solitario consumado. En apariencia es apuesto, incluso guapo; tiene una mirada firme y tranquila y una sonrisa que desarma, que brilla como por arte de magia, iluminándole todo el rostro. Pero detrás de esa sonrisa, alrededor de los ojos oscuros , en las mejillas demacradas, podemos ver las manchas ominosas causadas por una vida de miedo intimo, de vacío y soledad. Parece haber llegado vagabundeando de una tierra en la que siempre hace frío, de un país cuyos habitantes apenas hablan. La cabeza se mueve, la expresión cambia, pero los ojos permanecen siempre inmóviles, sin parpadear, perforando el espacio vacío. Travis entra y sale a la deriva de la vida nocturna de Nueva York, como una sombra oscura entre otras sombras más oscuras. pasando desapercibidos, sin motivos para que nadie se fije en él. Travis parece fundirse con su entorno. Lleva vaqueros de jinete, botas de cowboy, una camisa de cuadros del oeste y una desgastada cazadora del ejercito con un parche en el que se lee: "king Kong Company 1968-1970". Despide olor a sexo: sexo enfermizo, reprimido, solitario, pero sexo al fin y al cabo. Es una fuerza brutal masculina, que empuja hacia donde , no se sabe. Si se le observa más de cerca, se descubre lo inevitable. No se puede tensar la cuerda indefinidamente. Al igual que la tierra se desplaza hacia el sol, Travis Bickle se encamina hacia la violencia"

ARTICULO DE ROMAN GUBERN EXTRAIDO DE "EL PAÍS" (02-02-08)


En los últimos días se ha reavivado el debate sobre el estado del cine español. Varios directores como Alex de la Iglesia ó Iciar Bollain han enviado artículos airados en defensa del cine patrio, pero desde mi punto de vista, el que mejor define la situación real del cine español es el que aparecido también en “El País” escrito por Roman Gubern el pasado 2 de febrero. Os lo cuelgo por si no tuvisteis ocasión de leerlo. Merece la pena, aunque no es oro todo lo que reluce.

¿Por qué no gusta el cine español?

La situación no es tan catastrófica como dicen algunos, pero es cierto que nuestro cine tiene problemas por la prepotente presencia norteamericana y el exceso de producciones propias, entre otras razones

El diario EL PAÍS me pide que explique a sus lectores por qué no gustan las películas españolas. Esta formulación reduccionista me invita a una reflexión sobre el actual mercado cinematográfico, que realizaré en ocho estampas:

1. La Unión Europea alberga sólo cinco potencias audiovisuales relevantes -Francia, Reino Unido, España, Alemania e Italia-, por lo que la ponderación ha de hacerse de modo comparativo. Desde que Volver a empezar (1982), de Garci, recibió un Oscar a la mejor producción de habla no inglesa, España ha recibido este galardón más veces que Alemania, Francia o Italia, otorgado a Belle époque, Todo sobre mi madre y Mar adentro. Pero es cierto que el cine español arrastra cierto descrédito cultural, en parte como inercia de la actitud de las élites ante este cine durante el franquismo, élites que añoran en cambio a veces el acusado y original perfil identitario de películas tan recias como Bienvenido, Mr. Marshall, Calle Mayor, Viridiana, El verdugo, La tía Tula o Furtivos, que reflejaban de modo ejemplar una España atávica y diferencial (la Spain is different que el ministro Fraga Iribarne convirtió en eslogan), pero que ha sido barrida, felizmente, por la modernización económica, política y de costumbres de nuestro país.

2. Pilar Miró, desde su cargo en el Ministerio de Cultura, alentó con subvenciones el cine de autor y dignificó la producción, pero la alejó del gran público. Desde entonces, y superando no pocas turbulencias, se ha ido incrementando la diversificación de la oferta, y en la actualidad, cuando coexisten cuatro generaciones de directores en activo -desde los veteranos Saura, Camus y Aranda hasta el debutante Juan Antonio Bayona de El orfanato-, el mapa de la producción es muy variado, desde el cine experimental de los catalanes Portabella (que rueda en alemán) o Guerín (que rueda en francés) hasta el realismo social de Barrio, Solas, El Bola o Los lunes al sol, pasando por la "mirada femenina", la comedia musical de El otro lado de la cama y la crónica histórica de Soldados de Salamina.

3. La hegemonía de las majors norteamericanas sobre el mercado español (que ocupan en torno al 70% de su cuota) se ejerce de modo coercitivo mediante la imposición de la contratación por lotes (block booking), ejerciendo el proteccionismo en su país y el mercado abierto en el exterior e incumpliendo aquí las normas antitrust que rigen en su mercado interno. A este dominio coactivo se le añade nuestro regalo del idioma mediante el doblaje (heredado de la dictadura, como también lo han heredado Alemania e Italia) y la penetración de algunas producciones suyas con fraudulento pasaporte comunitario británico, como Lara Croft Tomb Raider y algunas películas de las sagas de James Bond y Harry Potter. El ex ministro de Cultura Jordi Solé Tura me contó que recibió en su despacho a un alto funcionario de la MPPA (Asociación Norteamericana de Productores) que le dijo: "Nosotros producimos películas buenas, medianas y malas, pero queremos venderlas todas, las buenas, las medianas y las malas". Aun así, en 2003 La gran aventura de Mortadelo y Filemón, de Javier Fesser, recaudó en España más que cualquier producción norteamericana. Pero su imperialismo es tan real que acaban de adquirir los derechos de El orfanato y REC, dos exitosas películas fantástico-terroríficas (gran especialidad anglosajona), para hacer versiones de ellas en su país, supuestamente mejores, usando sus actores y su idioma. Su hegemonía se apoya también en la llamada pedagogía de la rutina, pues al público le gusta aquello que se le ha acostumbrado a consumir previamente (la llamada cultura ketchup).

4. La última lista de que dispongo, del pasado año, de las películas más taquilleras de la historia del cine español colocan a Alejandro Amenábar en cabeza con dos títulos (Los otros y Mar adentro), Santiago Segura sitúa tres títulos de su saga sobre Torrente y comparecen La gran aventura de Mortadelo y Filemón, El otro lado de la cama de Martínez Lázaro y Todo sobre mi madre de Almodóvar. El diagnóstico general asegura que cada año el cine español obtiene unos poquísimos grandes éxitos -títulos de Almodóvar, Amenábar o Segura- y una multitud de fracasos. Y que cuando faltan estas locomotoras, la cuota de mercado del cine español se hunde. Esto es bastante cierto. Almodóvar ha triunfado urbi et orbi con su original reelaboración posmoderna de tradiciones culturales tan nuestras como la picaresca, el sainete, el melodrama, el esperpento y la astracanada. Amenábar no se ha nutrido tanto de la realidad como de sus imaginarios y la saga de Torrente enlaza con las groserías de Quevedo, el feísmo de Gutiérrez Solana y El Víbora, las astracanadas de Muñoz Seca y la subcultura cutre de los grandes suburbios urbanos. Y, por razones muy diversas, los tres han conseguido conectar con el público.

5. En los últimos años la producción española parece excesivamente abultada en relación con su mercado nacional. En esta etapa su producción ha rebasado largamente (en más de un centenar de títulos) las de Francia, Inglaterra, Italia o Alemania, países con mayor número de habitantes. Salvo el privilegiado caso francés, cuyo público suele preferir la producción nacional a la importada, en los años buenos las cuotas de mercado españolas son bastante similares a las del Reino Unido, Alemania e Italia, países con menor producción y más habitantes, lo que significa ingresos muy inferiores por película en nuestro país (en 2007, la cuota española ha bajado al 12,75%). Aunque suele decirse que la cantidad da mayores oportunidades a la calidad, nuestra inflación productiva, que se corresponde con la atomización empresarial, deja películas sin estrenar o condenadas a un estreno precario. La calidad puede quedar sepultada por una hiperproducción ante la que los juicios de la crítica son irrelevantes: menos del 8% de los espectadores se orientan por las críticas profesionales.

6. Salvo los privilegiados casos de Almodóvar y Amenábar, la presencia del cine español en los mercados exteriores es insuficiente y continúa siendo un gran desconocido. En una ocasión en que presenté en Francia Los niños de Rusia, de Jaime Camino, en el coloquio subsiguiente el prestigioso profesor y crítico François Albéra me preguntó por qué no se hacían en España películas sobre la Guerra Civil. Una pregunta que contrasta con los frecuentes lamentos entre nosotros, acusando un hartazgo por la sobreexplotación de esta temática.
7. Aunque, como ya se dijo, la producción actual está bastante diversificada, los filones predominantes son el eje acción/intriga (el cine de la conmoción) y el eje de la comedia (cine de la diversión). Una encuesta de 2004 indicaba que las preferencias del público español eran, por este orden: acción/aventuras, intriga, ciencia-ficción y comedia romántica. Este esquema, muy acorde con la oferta norteamericana, presiona hacia la producción de géneros cosmopolitas estandarizados e impersonales, un terreno en el que Hollywood casi siempre derrotará a España por sus medios y su star-system.

8. En la última década el cine ha declinado en Europa como signo de identidad cultural nacional, frente a otras actividades de masas, como el deporte. Y a la vez se ha producido un rápido declive de su centralidad en las salas públicas. Con la proliferación de soportes y de pantallas, públicas y privadas, de pago o gratuitas, se ha pasado del cine en butaca al cine en el sofá. Y se está generalizando la práctica de bajar (¿de un cielo virtual?) películas a través de Internet. Y esta mutación está afectando profundamente, como no podía ser de otro modo, a la industria del cine español.

Román Gubern es catedrático emérito de Comunicación Audiovisual en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona.

MANIFIESTO DE OBERHAÜSEN (1962)

"La desaparición del viejo cine convencional alemán da al nuevo cine la posibilidad de vivir.
Los filmes cortos de los jóvenes autores, directores y productores han obtenido gran cantidad de premios en festivales internacionales y han hallado el reconocimiento de la crítica internacional. Estos trabajos y sus consecuentes éxitos muestran que el futuro del cine alemán está ne manos de aquellos que han demostrado hablar un nuevo lenguaje cinematográfico.
Como en otros países, también en Alemania el cortometraje ha sido escuela y campo de experimentación para el largometraje. Declaramos nuestra exigencia de crear los nuevos largometrajes alemanes. Este nuevo cine necesita libertades nuevas. Libertad ante las convenciones usuales de la profesión. Libertad ante las influencias comerciales. Libertad ante los grupos de presión.
Para la producción del nuevo cine alemán tenemos ideas creativas, formales y económicas concretas. Juntos estamos preparados para resistir riesgos económicos.
El viejo cine ha muerto. Creemos el nuevo."

Oberhaüsen, 28 de febrero de 1962

Bodo Blüthner, Hans-Jürgen Pohland, Boris v. Borresholm, Raimond Ruehl, Christian Doermer, Edgar Reitz, Bernhard Doermer, Peter Schamoni, Heinz Furchner, Detten Schleiermacher, Rob Houwer, Fritz Schwenicke, Ferdinand Khitti, Haro Senft,Alexander Kluge, Franz-Josef Stropel, Walter Krüttner, Heinz Tichawsky, Dieter Lemmel, Wolfgang Urchs, Hans Loeper, Ronald Martini, Wolf Wirth

MANIFIESTO DEL SONIDO (1928)

El sueño largo tiempo acariciado del cine sonoro es una realidad. Los norteamericanos han inventado la técnica del film hablado y lo han llevado a su primer grado de utilización práctica. Alemania, asimismo, trabaja muy seriamente en idéntico sentido. En todas partes del mundo se habla de esta cosa muda que finalmente ha encontrado su voz.
Nosotros, que trabajamos en la Unión Soviética, somos plenamente conscientes de que nuestros recursos técnicos carecen de la envergadura suficiente para permitirnos esperar un éxito práctico y rápido en este camino. Pero ello no impide que consideremos interesante enumerar un cierto número de consideraciones preliminares de naturaleza teórica, teniendo en cuenta, además, que si no estamos mal informados parece que este nuevo progreso tiende a orientarse por un mal camino. Porque una concepción falsa de las posibilidades de este descubrimiento técnico no sólo puede estorbar el desarrollo del cine-arte, sino que también puede aniquilar su auténtica riqueza de expresión actual.
El cine contemporáneo, al actuar como lo hace por medio de imágenes visuales, produce una fuerte impresión en el espectador y ha sabido conquistar un lugar de primer orden entre las artes. Como sabemos, el medio fundamental -y por añadidura, único- mediante el cual el cine ha sido capaz de alcanzar tan alto grado de eficacia es el montaje.
El perfeccionamiento del montaje, en tanto que medio esencial de producir un efecto, es el axioma indiscutible sobre el que se ha basado el desarrollo del cine. El éxito universal de los filmes soviéticos se debe en gran parte a un cierto número de principios del montaje, que fueron los primeros en descubrir y desarrollar.
1.- Así pues, los únicos factores importantes para el desarrollo futuro del cine son aquellos que se calculen con el fin de reforzar y desarrollar sus invenciones de montaje para producir un efecto sobre el espectador. Al examinar cada descubrimiento, situándose en esta perspectiva, es fácil demostrar el escaso interés que ofrece el cine en color y en relieve en comparación con la gran significación del sonido.
2.- El film sonoro es una arma de dos filos, y es muy probable que sea utilizado de acuerdo con la ley del mínimo esfuerzo, es decir, limitándose a satisfacer la curiosidad del público. En los primeros tiempos asistiremos a la explotación comercial de la mercancía más fácil de fabricar y de vender: el film hablado, en el cual la grabación de la palabra coincidirá de la manera más exacta y más realista con el movimiento de los labios en la pantalla, y donde el público apreciará la ilusión de oír realmente a un actor, una bocina de coche, un instrumento musical, etc. Este primer periodo sensacional no perjudicará el desarrollo del nuevo arte, pero llegará un segundo periodo que resultará terrible. Aparecerá con la decadencia de la primera realización de las posibilidades prácticas, en el momento en que se intente sustituirlas con dramas de "gran literatura" y otros intentos de invasión del teatro en la pantalla. Utilizado de esta manera, el sonido destruirá el arte del montaje, pues toda incorporación de sonido a estas fracciones de montaje las intensificará en igual medida y enriquecerá su significación intrínseca, y eso redundará inevitablemente en detrimento del montaje, que no produce su efecto fragmento a fragmento sino -por encima de todo- mediante la reunión completa de ellos.
3.- Sólo la utilización del sonido a modo de contrapunto respecto a un fragmento de montaje visual ofrece nuevas posibilidades de desarrollar y perfeccionar el montaje. Las primeras experiencias con el sonido deben ir dirigidas hacia su no coincidencia con las imágenes visuales. Sólo este método de ataque producirá la sensación buscada que, con el tiempo, llevará a la creación de un nuevo contrapunto orquestal de imágenes-visiones e imágenes-sonidos.
4.- El nuevo descubrimiento técnico no es un factor casual en la historia del film, sino una desembocadura natural para la vanguardia de la cultura cinematográfica, y gracias a la cual es posible escapar de gran número de callejones que realmente carecen de salida; el primero es el subtítulo, pese a los innumerables intentos realizados para incorporarlo al movimiento o a las imágenes del film; el segundo es el fárrago explicativo que sobrecarga la composición de las escenas y retrasa el ritmo. Día a día, los problemas relativos al tema y al argumento se van complicando. Los intentos realizados para resolverlos mediante unos subterfugios escénicos de tipo visual no tienen otro resultado que dejar los problemas sin resolver, o llevar al realizador a unos efectos escénicos excesivamente fantásticos. El sonido, tratado como elemento nuevo del montaje (y como elemento independiente de la imagen visual) introducirá inevitablemente un medio nuevo y extremadamente eficaz de expresar y resolver los complejos problemas con que nos hemos tropezado hasta ahora, y que nunca hemos llegado a resolver por la imposibilidad en que nos hallábamos de encontrar una solución con la ayuda únicamente de los elementos visuales.
5.- El «método del contrapunto» aplicado a la construcción del film sonoro y hablado, no solamente no alterará el carácter internacional del cine, sino que realzará su significado y su fuerza cultural hasta un punto desconocido por el momento. Al aplicar este método de construcción, el film no permanecerá confinado en los límites de un mercado nacional, como sucede en el caso de los dramas teatrales y como sucedería con los dramas teatrales filmados. Al contrario, existirá una posibilidad todavía mayor que en el pasado de hacer circular por el mundo unas ideas susceptibles de ser expresadas mediante el cine.

Sergei M.Eisenstein
Vsevolod I.Pudovkin
Grigory V.Alexandrov

DOGMA 95

Juro que me someteré a las reglas siguientes, establecidas y confirmadas por:

1.El rodaje debe realizarse en exteriores. Accesorios y decorados no pueden ser introducidos (si un accesorio en concreto es necesario para la historia, será preciso elegir uno de los exteriores en los que se encuentre este accesorio).
2.El sonido no debe ser producido separado de las imágenes y viceversa. (No se puede utilizar música, salvo si está presente en la escena en la que se rueda).
3.La cámara debe sostenerse en la mano. Cualquier movimiento -o inmovilidad- conseguido con la mano están autorizados.
4.La película tiene que ser en color. La iluminación especial no es aceptada. (Si hay poca luz, la escena debe ser cortada, o bien se puede montar sólo una luz sobre la cámara).
5.Los trucajes y filtros están prohibidos.
6.La película no debe contener ninguna acción superficial. (Muertos, armas, etc., en ningún caso).
7.Los cambios temporales y geográficos están prohibidos. (Es decir, que la película sucede aquí y ahora).
8.Las películas de género no son válidas.
9.El formato de la película debe ser en 35 mm.
10.El director no debe aparecer en los créditos.

¡Además, juro que como director me abstendré de todo gusto personal! Ya no soy un artista. Juro que me abstendré de crear una obra, porque considero que el instante es mucho más importante que la totalidad. Mi fin supremo será hacer que la verdad salga de mis personajes y del cuadro de la acción. Juro hacer esto por todos los medios posibles y al precio del buen gusto y de todo tipo de consideraciones estéticas.
Así pronuncio mi voto de castidad.
Copenhague, Lunes 13 de marzo de 1995
En nombre de Dogme 95,