LOS FORMATOS CINEMATOGRÁFICOS

En los primeros tiempos, una vez asentada la producción cinematográfica con la creación de los principales estudios, como la Twentieth Century Fox, Columbia Pictures, la Paramount o la Warner Bros., el aspecto visual en el que se proyectaban las películas en la pantalla (denominado "aspect ratio") era el de 1.37:1, prácticamente similar al de las televisiones actuales, por lo que no había franjas negras de ningún tipo (el tamaño proyectado en las salas de cine coincidía con el de la televisión actual). El ratio hace referencia a la relación que existe entre la anchura y la altura de la imagen; por ejemplo, un ratio de 2.35:1 quiere decir que la imagen es 2,35 veces más ancha que alta. Aquél "aspecto" de 1.37:1 fue el que más se utilizó en Europa debido a la mala situación económica durante las dos Guerras Mundiales, ya que un sistema como el CinemaScope requería de una pantalla mayor (a mayor aspect ratio mayor es la anchura de la imagen proyectada). Aquí tenéis un fotograma de Casablanca, película rodada con el ratio estándar de 1.37:1.

Por ejemplo, el de color amarillo una vez proyectado genera una imagen con un aspect ratio de 2.35:1 (la pantalla resultante es 2,35 veces más larga que alta).
Esto fue así hasta que se estableció que la imagen proyectada fuera más ancha por motivos estéticos y prácticos, y por tanto no sólo para que el público se "metiera" más en la película, sino para que éste pudiera visionarla desde cualquier ángulo de la sala sin perder ningún tipo de detalles. Con éste objeto nació el sistema Cinerama creado por Fred Waller, que trabajó en la Paramount durante los años 30. Este sistema se valía de tres cámaras, que proyectaban una imagen cada una de ellas. Como podéis observar en la figura, al haber tres cámaras en vez de una las imágenes triplicaban la pantalla, por lo que su instalación era muy complicada y costosa (entre 25 y 75 mil dólares de la época). El formato utilizado seguía siendo el de 35mm, pero este triplete debía duplicarse también durante los rodajes, provocando un aumento considerable de tiempo y de coste. Podemos decir que este formato fue el padre de la pantalla panorámica actual.

Tras el fracaso del Cinerama, los estudios se enzarzaron en una batalla para crear nuevos sistemas más baratos y de mejor calidad. La Twentieh Century Fox, fue la que salió más airosa, adquiriendo (por unos minutos de antelación frente a la Warner) el más famoso sistema de proyección: el Anamorphoscope, más conocido como el CinemaScope, también en 35mm. Fue creado por Henri Chrétien y se caracterizó por ser el primer sistema "anamórfico"; se denominó así porque permitía encoger la imagen en el fotograma, consiguiendo una proyección mucho mayor que la clásica 1.37:1, llegando a un ratio enorme de hasta 2.66:1. Se necesitaban unas lentes especiales cóncavas y convexas que transformaran las imágenes a su tamaño normal.
Con ello se conseguía el mismo efecto que el del Cinerama pero de una manera mucho más sencilla y con una sola cámara, y buena muestra de ello es que casi todos los grandes estudios optaron por éste, a excepción de la Paramount, que se obcecó en hacerle la competencia a la Fox con otro sistema. La anamorfis del fotograma al "estirarse" con las lentes especiales, convertía lo proyectado en la película final.

Se estrenaron con este formato películas como 20.000 Leguas de Viaje Submarino o La Dama y el Vagabundo. La aparición del sonido estéreo en los años 50 hizo rebajar a 2.35:1 el "aspecto" proyectado, para permitir la entrada en el lado izquierdo del fotograma de las pistas de sonido (a menor espacio en el fotograma, menor cantidad de imagen). Más tarde se creó el CinemaScope55, que fue una respuesta a ese nuevo sistema creado por Paramount. La única peculiaridad con respecto del anterior, era que el tamaño de la película no estaba en 35mm, sino en 55mm y era de mayor calidad, porque al ser una película más grande (55mm) la anamorfis de la imagen en el fotograma era mucho menor. Cuando se estrenó El Rey y Yo, se convirtió en Grandeur70, evolucionando frente a los anteriores 35 y 55mm para optar por los 70mm.
El sistema con el que Paramount trató de hacer la competencia al CinemaScope de la Fox fue el VistaVisión (en 35mm), que se caracterizaba porque la película no pasaba verticalmente a través de la cámara, sino de forma horizontal, lo que permitía como podéis ver, que dicha imagen ocupara 8 perforaciones en el fotograma en vez de las 4 ordinarias. Destacó en películas como Los Diez Mandamientos o Historia de un Patriota y aunque Hitchcock lo utilizó en muchas de sus películas, caso de Vertigo o Con la Muerte en los Talones, el afianzamiento del CinemaScope lo relegó a un segundo plano. En realidad este sistema no aportó nada útil (la imagen proyectada era de peor calidad).
Otros sistemas trataron en vano de hacerse un hueco en el mercado cinematográfico, como el Tecnirama, en 35mm y con "aspect ratio" de 2.35:1. Se trataba de un sistema que seguía los pasos del VistaVision (con la película horizontal), y se vanagloriaba de proyectar una imagen con una calidad superior al treinta por ciento respecto a aquél. Otro fue el SuperScope también en 35mm, impulsado por la RKO. Era un sistema anamórfico pero la imagen proyectada tenía un tamaño de 2.55:1, y por tanto, menor que el clásico CinemaScope de 2.66:1. Sin embargo no gozaron de aceptación y tuvieron una vida muy efímera.

Entre todos estos intentos por combatir al CinemaScope, surgió una empresa que se hizo cada vez más importante: Panavisión Inc. Muchos piensan que era otro sistema más, pero no es así, ya que Panavisión era simplemente un distribuidor de lentes cinematográficas, principalmente para la propia Fox. La Metro (MGM) allá por el año 1953, intentó hacerle la competencia contratando a esta empresa, y creando un nuevo sistema con un ratio glorioso de 2.76:1, con el que se obtenía la mayor imagen proyectada hasta la fecha. Destacó con el estreno de Ben-Hur en 70mm, pero algunos cines tuvieron que reducir el tamaño de la película, porque la imagen (aún mayor que la del CinemaScope) era excesivamente grande para sus pantallas.

Las lentes que fabricó Panavisión llevaron a denominar a este sistema Ultra-Panavisión. Posteriormente surgió el SuperPanavisión70, que reunía las mismas características que su predecesor, pero las cámaras de rodaje eran mucho más compactas y menos pesadas.

Ninguno de estos sistemas se utiliza normalmente hoy día, aunque ha sido el CinemaScope el más influyente hasta la fecha. Ahora las películas se proyectan, en primer lugar en 35mm; en segundo lugar de forma vertical y con 4 perforaciones; y en tercer lugar con un "aspect ratio" que genera una imagen de 1.85:1 o de 2.35:1 según los casos, principalmente desarrollado por la empresa Panavisión. Centrándonos en este último punto, el 1.85:1 no es anamórfico, y por tanto la imagen rodada originalmente se plasma en el fotograma sin ningún tipo de compresión, es decir, se proyecta en la pantalla tal y como se grabó.
Sin embargo el 2.35:1 sí es anamórfico, y la imagen en el fotograma está achatada por ambos lados (como ocurría con el CinemaScope) y necesita una lente diferente que descomprima la imagen (muchas veces en los cines se nota perfectamente el cambio que realiza el cámara). El 2.35:1 genera una imagen proyectada mucho mayor que el 1.85:1, por eso requiere de compresión, porque en el mismo espacio del fotograma (35mm) proyecta una imagen más ancha.
Casi todas las películas actuales se graban en 2.35:1 para conseguir un efecto más dramático o panorámico, mientras que el 1.85:1 se utiliza normalmente en comedias, films independientes, o películas que no requieren una imagen tan alargada, ya sea por razones estéticas (por ejemplo para lograr un efecto de claustrofobia, como en Aliens) o por cuestiones presupuestarias, porque a mayor imagen, más presupuesto, caso de las películas animadas, salvo muy contadas excepciones (Anastasia, Atlantis).

El último sistema implantado hasta la fecha ha sido el IMAX, que se caracteriza no sólo por sus especialidades técnicas, sino porque únicamente puede proyectarse en cines selectos y especialmente construidos para ello, siendo el número de salas en el mundo extremadamente reducido. El IMAX parte de una película en 70mm, pero de forma horizontal y con nada más y nada menos que 15 perforaciones (recordemos que el Technirama tenía 8 perforaciones), logrando así imágenes de una calidad extraordinaria que se proyectan en una pantalla que ocupa la mitad del terreno de un campo de futbol y que puede extenderse incluso hasta el techo, a través de un proyector que nada tiene que ver con el de los cines ordinarios (entre otras cosas requiere de una ventilación asistida para evitar su recalentamiento).
La experiencia de visitar una sala IMAX no tiene parangón, y de hecho la mayor parte de las películas son documentales, ya que este sistema es el idóneo para transmitir al público la sensación de estar literalmente rodeado de imágenes. Las películas comerciales comenzaron a proyectarse en estos cines hace relativamente pocos años y de forma muy escrupulosa, destacando algunas como El Rey León, Fantasía 2000 (estrenada solamente en estas salas), Matrix Reloaded o El Ataque de los Clones, y en ocasiones debe realizarse un nuevo montaje exclusivo para la ocasión debido a la fragilidad de estos proyectores. En España sólo podemos disfrutar de esta experiencia en las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla.

Todos estos principios tienen su aplicación en el cine doméstico o Home-Cinema, hoy al alcance de cualquiera gracias al DVD o a los aparatos de proyección. Precisamente a los formatos cinematográficos actuales les corresponde un equivalente en los discos DVD. Así, nacen otros conceptos como el 16/9 o el WideScreen. Cuando compramos una película en DVD y la vemos en un televisor ordinario, aparecerán las famosas franjas negras horizontales. A pesar de que muchos piensan que estas franjas "roban" imagen, realmente ocurre justo al contrario, ya que la imagen de la película (en forma rectangular) es la que veríamos si estuviéramos en una sala de cine. Como ya comentamos, antiguamente se proyectaba en 1.37:1, que equivale casi a las medidas de un televisor, pero a partir de los formatos panorámicos (2.35:1, 2.66:1 etc…) la imagen se "estira" horizontalmente. Los televisores no podrían abarcar dichas medidas tan anchas si no se introdujeran las franjas negras, ya que estos televisores son cuadrangulares (ejemplo en 2.35:1).

Para dar esquinazo a dichas franjas, se crearon los televisores panorámicos o de 16/9, que ofrecen una pantalla más ancha que alta, con lo cual la imagen real ocupa más espacio. Si vemos una película rodada en 1.85:1 en un televisor de estas características, las franjas negras habrán desparecido por completo, es decir, el aparato tiene las mismas medidas de una pantalla de cine en la que se proyectaría dicha película (es 1,85 veces más ancho que alto). Ahora bien, con un film en 2.35:1 (que tiene una imagen mucho más larga), sí aparecen parcialmente franjas negras arriba y abajo, porque aunque el televisor panorámico es más ancho que alto, no es lo suficiente como para abarcar la totalidad de la anchura de aquél formato. Quizá en un futuro existan televisores aún más anchos que los actuales 16/9.

Estas imágenes equivalentes a las cinematográficas en los sistemas caseros, reciben el nombre de WideScreen, o sea, "pantalla ancha", que más comúnmente se identifica con su efecto principal: las franjas negras. Muchas veces las cadenas de televisión emiten películas sin franjas, lo que quiere decir que estamos perdiéndonos en algunos casos casi el cincuenta por ciento, porque toman parte de la imagen completa original (rectangular) para que encaje totalmente en un televisor de forma cuadrada, lo que provoca el "cortar" literalmente los laterales de la imagen.

Otra cuestión muy curiosa es la de por qué a veces las imágenes parecen estiradas verticalmente. Ese efecto se produce debido a que las películas en DVD están preparadas para ser vistas tanto en televisores normales como en panorámicos. Si vemos un film en un televisor panorámico y pulsamos la opción 16/9 en el reproductor, la película se estira, o mejor dicho, se descomprime para abarcar la totalidad de la pantalla panorámica, lo que otorga una mejor calidad de imagen, ya que, bien no hay franjas (1.85:1) o estas son muy pequeñas (2.35:1). Lo que hace la película es "encajar" en el aparato. Pero si esto mismo lo hacemos en un televisor ordinario, la imagen no encaja con su forma cuadrada, lo que provoca ese estiramiento vertical, que un televisor panorámico no aparecería, puesto que, como hemos dicho, está preparado para imágenes más anchas que altas.