Mejor Película
Camino, de Javier Fesser
Los crímenes de Oxford, de Álex de la Iglesia
Los girasoles ciegos, de José Luis Cuerda
Sólo quiero caminar, de Agustín Díaz Yanes
Mejor Dirección
Javier Fesser por Camino
Álex de la Iglesia por Los crímenes de Oxford
José Luis Cuerda por Los girasoles ciegos
Agustín Díaz Yanes por Sólo quiero caminar
Mejor Dirección Novel
Belén Macías por El patio de mi cárcel
Santiago A. Zannou por El truco del manco
Nacho Vigalondo por Los cronocrímenes
Irene Cardona Bacas por Un novio para Yasmina
Mejor Guión Original
Javier Fesser por Camino
Dionisio Pérez, José Antonio Quirós e Ignacio del Moral por Cenizas del cielo
Chus Gutiérrez y Juan Carlos Rubio por Retorno a Hansala
Agustín Díaz Yanes por Sólo quiero caminar
Mejor Guión Adaptado
Peter Buchman por Che, el argentino
Jorge Guerricaechevarría por Los crímenes de Oxford
Rafael Azcona y José Luis Cuerda por Los girasoles ciegos
Ángeles González Sinde por Una palabra tuya
Mejor Actor Principal
Benicio del Toro por Che, el argentino
Javier Cámara por Fuera de carta
Raúl Arévalo por Los girasoles ciegos
Diego Luna por Sólo quiero caminar
Mejor Actriz Principal
Carme Elías por Camino
Verónica Echegui por El patio de mi cárcel
Maribel Verdú por Los girasoles ciegos
Ariadna Gil por Sólo quiero caminar
Mejor Interpretación Masculina de Reparto
Jordi Dauder por Camino
Fernando Tejero por Fuera de carta
José Ángel Egido por Los girasoles ciegos
José María Yazpik por Sólo quiero caminar
Mejor Interpretación Femenina de Reparto
Elvira Mínguez por Cobardes
Rosana Pastor por La conjura del Escorial
Tina Sáinz por Sangre de mayo
Penélope Cruz por Vicky Cristina Barcelona
Mejor Actor Revelación
Álvaro Cervantes por El juego del ahorcado
J. M. Montilla Langui por El truco del manco
Martín Rivas por Los girasoles ciegos
Luis Bermejo por Una palabra tuya
Mejor Actriz Revelación
Nerea Camacho por Camino
Farah Hamed por Retorno a Hansala
Ana Wagener por El patio de mi cárcel
Esperanza Pedreño por Una palabra tuya
Goya de Honor
Jess Franco
Mejor película documental
Bucarest, la memoria perdida
El pollo, el pez y el cangrejo real
El último truco. Emilio Ruiz del Río
Old man Bebo
Mejor película de animación
Donkey Xote de José Pozo
El lince perdido de Manuel Sicilia y Raúl García
El espíritu del bosque de David Rubín y Juan Carlos Pena
Rh+. El vampiro de Sevilla de Antonio Zurera
Mejor película extranjera de habla hispana
Acné de Federico Veirós (Uruguay)
La buena vida de Andrés Wood (Chile)
Lake Tahoe de Fernando Eimbcke (México)
Perro come perro de Carlos Moreno (Colombia)
Mejor Película Europea
4 meses, 3 semanas, 2 días
Al otro lado
El niño con el pijama de rayas
El caballero oscuro
Mejor música original
Alberto Iglesias por Che, el argentino
Bingen Mendizábal por El juego del ahorcado
Roque Baños por Los crímenes de Oxford
Lucio Godoy por Los girasoles ciegos
Mejor canción original
Podemos volar juntos de El patio de mi cárcel
A tientas de El truco del manco
Manousal de Retorno a Hansala
Entre tu balcón y mi ventana de Una palabra tuya
Mejor dirección de producción
Pablo Zumárraga por Che, el argentino
R. Romero por Los crímenes de Oxford
Emiliano Otegui por Los girasoles ciegos
R. Cuervo y M. Pedraza por Sólo quiero caminar
Mejor fotografía
Carlos Suárez por La conjura de El Escorial
Hans Burman por Los girasoles ciegos
Félix Monti por Sangre de mayo
Paco Femenia por Sólo quiero caminar
Mejor dirección artística
Antxón Gómez por Che, el argentino
Luis Valles Koldo por La conjura de El Escorial
Baltasar Gallart por Los girasoles ciegos
Gil Parrondo por Sangre de mayo
Mejor maquillaje y peluquería
José Quetglas y Nieves Sánchez por La conjura de El Escorial
Silvie Ymbert y Fermín Galán por Los girasoles ciegos
José Quetglas, Blanca Sánchez y Mar Paradela por Mortadelo y Filemón: Misión salvar la tierra
Romana González, Alicia López y Josefa Morales por Sangre de mayo
Mejor Diseño de Vestuario
Lala Huete por El Greco
Javier Artiñano por La conjura del Escorial
Lourdes de Orduña por Sangre de mayo
Sonia Grande por Los girasoles ciegos
Mejor montaje
Alejandro Lázaro por Los crímenes de Oxford
Nacho Ruiz Capillas por Los girasoles ciegos
Iván Aledo por Mortadelo y Filemón: Misión salvar la tierra
José Salcedo por Sólo quiero caminar
Mejor sonido
Daniel de Zayas, Jorge Marín y Maite Rivera por Tres días
Ricardo Steinberg, María Steinberg y Alfonso Raposo por Los girasoles ciegos
Miguel Rejas y José Antonio Bermúdez por Sangre de mayo
Pierre Gamet, Christophe Vingtrinier y Patrice Grisolet por Sólo quiero caminar
Mejores efectos especiales
Raúl Romanillos, Arturo Balseiro y Ferrán Piquer por Camino
Raúl Romanillos, Pau Costa, Pepe Quetglas, Eduardo Díaz, Alex Grau y Chema Remacha por Mortadelo y Filemón: Misión salvar la tierra
Juan Ramón Molina y Alberto Nombela por Sangre de mayo
Alejandro Vázquez, Reyes Abades y Rafa Solórzano por Sólo quiero caminar
Mejor cortometraje de ficción
El encargado
Final
Machu-Picchu
Miente
Porque hay cosas que nunca se olvidan
Mejor cortometraje de animación
El ataque de los kriters asesinos
Espagueti western
La increíble historia del hombre sin sombra
Malacara y el misterio del bastón de roble
Rascal's Street
Mejor cortometraje documental
Harraga
Héroes
No hacen falta alas para volar
La clase
Soy Meera Malik
LOS FORMATOS CINEMATOGRÁFICOS
En los primeros tiempos, una vez asentada la producción cinematográfica con la creación de los principales estudios, como la Twentieth Century Fox, Columbia Pictures, la Paramount o la Warner Bros., el aspecto visual en el que se proyectaban las películas en la pantalla (denominado "aspect ratio") era el de 1.37:1, prácticamente similar al de las televisiones actuales, por lo que no había franjas negras de ningún tipo (el tamaño proyectado en las salas de cine coincidía con el de la televisión actual). El ratio hace referencia a la relación que existe entre la anchura y la altura de la imagen; por ejemplo, un ratio de 2.35:1 quiere decir que la imagen es 2,35 veces más ancha que alta. Aquél "aspecto" de 1.37:1 fue el que más se utilizó en Europa debido a la mala situación económica durante las dos Guerras Mundiales, ya que un sistema como el CinemaScope requería de una pantalla mayor (a mayor aspect ratio mayor es la anchura de la imagen proyectada). Aquí tenéis un fotograma de Casablanca, película rodada con el ratio estándar de 1.37:1.
Por ejemplo, el de color amarillo una vez proyectado genera una imagen con un aspect ratio de 2.35:1 (la pantalla resultante es 2,35 veces más larga que alta).
Esto fue así hasta que se estableció que la imagen proyectada fuera más ancha por motivos estéticos y prácticos, y por tanto no sólo para que el público se "metiera" más en la película, sino para que éste pudiera visionarla desde cualquier ángulo de la sala sin perder ningún tipo de detalles. Con éste objeto nació el sistema Cinerama creado por Fred Waller, que trabajó en la Paramount durante los años 30. Este sistema se valía de tres cámaras, que proyectaban una imagen cada una de ellas. Como podéis observar en la figura, al haber tres cámaras en vez de una las imágenes triplicaban la pantalla, por lo que su instalación era muy complicada y costosa (entre 25 y 75 mil dólares de la época). El formato utilizado seguía siendo el de 35mm, pero este triplete debía duplicarse también durante los rodajes, provocando un aumento considerable de tiempo y de coste. Podemos decir que este formato fue el padre de la pantalla panorámica actual.
Tras el fracaso del Cinerama, los estudios se enzarzaron en una batalla para crear nuevos sistemas más baratos y de mejor calidad. La Twentieh Century Fox, fue la que salió más airosa, adquiriendo (por unos minutos de antelación frente a la Warner) el más famoso sistema de proyección: el Anamorphoscope, más conocido como el CinemaScope, también en 35mm. Fue creado por Henri Chrétien y se caracterizó por ser el primer sistema "anamórfico"; se denominó así porque permitía encoger la imagen en el fotograma, consiguiendo una proyección mucho mayor que la clásica 1.37:1, llegando a un ratio enorme de hasta 2.66:1. Se necesitaban unas lentes especiales cóncavas y convexas que transformaran las imágenes a su tamaño normal.
Con ello se conseguía el mismo efecto que el del Cinerama pero de una manera mucho más sencilla y con una sola cámara, y buena muestra de ello es que casi todos los grandes estudios optaron por éste, a excepción de la Paramount, que se obcecó en hacerle la competencia a la Fox con otro sistema. La anamorfis del fotograma al "estirarse" con las lentes especiales, convertía lo proyectado en la película final.
Se estrenaron con este formato películas como 20.000 Leguas de Viaje Submarino o La Dama y el Vagabundo. La aparición del sonido estéreo en los años 50 hizo rebajar a 2.35:1 el "aspecto" proyectado, para permitir la entrada en el lado izquierdo del fotograma de las pistas de sonido (a menor espacio en el fotograma, menor cantidad de imagen). Más tarde se creó el CinemaScope55, que fue una respuesta a ese nuevo sistema creado por Paramount. La única peculiaridad con respecto del anterior, era que el tamaño de la película no estaba en 35mm, sino en 55mm y era de mayor calidad, porque al ser una película más grande (55mm) la anamorfis de la imagen en el fotograma era mucho menor. Cuando se estrenó El Rey y Yo, se convirtió en Grandeur70, evolucionando frente a los anteriores 35 y 55mm para optar por los 70mm.
El sistema con el que Paramount trató de hacer la competencia al CinemaScope de la Fox fue el VistaVisión (en 35mm), que se caracterizaba porque la película no pasaba verticalmente a través de la cámara, sino de forma horizontal, lo que permitía como podéis ver, que dicha imagen ocupara 8 perforaciones en el fotograma en vez de las 4 ordinarias. Destacó en películas como Los Diez Mandamientos o Historia de un Patriota y aunque Hitchcock lo utilizó en muchas de sus películas, caso de Vertigo o Con la Muerte en los Talones, el afianzamiento del CinemaScope lo relegó a un segundo plano. En realidad este sistema no aportó nada útil (la imagen proyectada era de peor calidad).
Otros sistemas trataron en vano de hacerse un hueco en el mercado cinematográfico, como el Tecnirama, en 35mm y con "aspect ratio" de 2.35:1. Se trataba de un sistema que seguía los pasos del VistaVision (con la película horizontal), y se vanagloriaba de proyectar una imagen con una calidad superior al treinta por ciento respecto a aquél. Otro fue el SuperScope también en 35mm, impulsado por la RKO. Era un sistema anamórfico pero la imagen proyectada tenía un tamaño de 2.55:1, y por tanto, menor que el clásico CinemaScope de 2.66:1. Sin embargo no gozaron de aceptación y tuvieron una vida muy efímera.
Entre todos estos intentos por combatir al CinemaScope, surgió una empresa que se hizo cada vez más importante: Panavisión Inc. Muchos piensan que era otro sistema más, pero no es así, ya que Panavisión era simplemente un distribuidor de lentes cinematográficas, principalmente para la propia Fox. La Metro (MGM) allá por el año 1953, intentó hacerle la competencia contratando a esta empresa, y creando un nuevo sistema con un ratio glorioso de 2.76:1, con el que se obtenía la mayor imagen proyectada hasta la fecha. Destacó con el estreno de Ben-Hur en 70mm, pero algunos cines tuvieron que reducir el tamaño de la película, porque la imagen (aún mayor que la del CinemaScope) era excesivamente grande para sus pantallas.
Las lentes que fabricó Panavisión llevaron a denominar a este sistema Ultra-Panavisión. Posteriormente surgió el SuperPanavisión70, que reunía las mismas características que su predecesor, pero las cámaras de rodaje eran mucho más compactas y menos pesadas.
Ninguno de estos sistemas se utiliza normalmente hoy día, aunque ha sido el CinemaScope el más influyente hasta la fecha. Ahora las películas se proyectan, en primer lugar en 35mm; en segundo lugar de forma vertical y con 4 perforaciones; y en tercer lugar con un "aspect ratio" que genera una imagen de 1.85:1 o de 2.35:1 según los casos, principalmente desarrollado por la empresa Panavisión. Centrándonos en este último punto, el 1.85:1 no es anamórfico, y por tanto la imagen rodada originalmente se plasma en el fotograma sin ningún tipo de compresión, es decir, se proyecta en la pantalla tal y como se grabó.
Sin embargo el 2.35:1 sí es anamórfico, y la imagen en el fotograma está achatada por ambos lados (como ocurría con el CinemaScope) y necesita una lente diferente que descomprima la imagen (muchas veces en los cines se nota perfectamente el cambio que realiza el cámara). El 2.35:1 genera una imagen proyectada mucho mayor que el 1.85:1, por eso requiere de compresión, porque en el mismo espacio del fotograma (35mm) proyecta una imagen más ancha.
Casi todas las películas actuales se graban en 2.35:1 para conseguir un efecto más dramático o panorámico, mientras que el 1.85:1 se utiliza normalmente en comedias, films independientes, o películas que no requieren una imagen tan alargada, ya sea por razones estéticas (por ejemplo para lograr un efecto de claustrofobia, como en Aliens) o por cuestiones presupuestarias, porque a mayor imagen, más presupuesto, caso de las películas animadas, salvo muy contadas excepciones (Anastasia, Atlantis).
El último sistema implantado hasta la fecha ha sido el IMAX, que se caracteriza no sólo por sus especialidades técnicas, sino porque únicamente puede proyectarse en cines selectos y especialmente construidos para ello, siendo el número de salas en el mundo extremadamente reducido. El IMAX parte de una película en 70mm, pero de forma horizontal y con nada más y nada menos que 15 perforaciones (recordemos que el Technirama tenía 8 perforaciones), logrando así imágenes de una calidad extraordinaria que se proyectan en una pantalla que ocupa la mitad del terreno de un campo de futbol y que puede extenderse incluso hasta el techo, a través de un proyector que nada tiene que ver con el de los cines ordinarios (entre otras cosas requiere de una ventilación asistida para evitar su recalentamiento).
La experiencia de visitar una sala IMAX no tiene parangón, y de hecho la mayor parte de las películas son documentales, ya que este sistema es el idóneo para transmitir al público la sensación de estar literalmente rodeado de imágenes. Las películas comerciales comenzaron a proyectarse en estos cines hace relativamente pocos años y de forma muy escrupulosa, destacando algunas como El Rey León, Fantasía 2000 (estrenada solamente en estas salas), Matrix Reloaded o El Ataque de los Clones, y en ocasiones debe realizarse un nuevo montaje exclusivo para la ocasión debido a la fragilidad de estos proyectores. En España sólo podemos disfrutar de esta experiencia en las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla.
Todos estos principios tienen su aplicación en el cine doméstico o Home-Cinema, hoy al alcance de cualquiera gracias al DVD o a los aparatos de proyección. Precisamente a los formatos cinematográficos actuales les corresponde un equivalente en los discos DVD. Así, nacen otros conceptos como el 16/9 o el WideScreen. Cuando compramos una película en DVD y la vemos en un televisor ordinario, aparecerán las famosas franjas negras horizontales. A pesar de que muchos piensan que estas franjas "roban" imagen, realmente ocurre justo al contrario, ya que la imagen de la película (en forma rectangular) es la que veríamos si estuviéramos en una sala de cine. Como ya comentamos, antiguamente se proyectaba en 1.37:1, que equivale casi a las medidas de un televisor, pero a partir de los formatos panorámicos (2.35:1, 2.66:1 etc…) la imagen se "estira" horizontalmente. Los televisores no podrían abarcar dichas medidas tan anchas si no se introdujeran las franjas negras, ya que estos televisores son cuadrangulares (ejemplo en 2.35:1).
Para dar esquinazo a dichas franjas, se crearon los televisores panorámicos o de 16/9, que ofrecen una pantalla más ancha que alta, con lo cual la imagen real ocupa más espacio. Si vemos una película rodada en 1.85:1 en un televisor de estas características, las franjas negras habrán desparecido por completo, es decir, el aparato tiene las mismas medidas de una pantalla de cine en la que se proyectaría dicha película (es 1,85 veces más ancho que alto). Ahora bien, con un film en 2.35:1 (que tiene una imagen mucho más larga), sí aparecen parcialmente franjas negras arriba y abajo, porque aunque el televisor panorámico es más ancho que alto, no es lo suficiente como para abarcar la totalidad de la anchura de aquél formato. Quizá en un futuro existan televisores aún más anchos que los actuales 16/9.
Estas imágenes equivalentes a las cinematográficas en los sistemas caseros, reciben el nombre de WideScreen, o sea, "pantalla ancha", que más comúnmente se identifica con su efecto principal: las franjas negras. Muchas veces las cadenas de televisión emiten películas sin franjas, lo que quiere decir que estamos perdiéndonos en algunos casos casi el cincuenta por ciento, porque toman parte de la imagen completa original (rectangular) para que encaje totalmente en un televisor de forma cuadrada, lo que provoca el "cortar" literalmente los laterales de la imagen.
Otra cuestión muy curiosa es la de por qué a veces las imágenes parecen estiradas verticalmente. Ese efecto se produce debido a que las películas en DVD están preparadas para ser vistas tanto en televisores normales como en panorámicos. Si vemos un film en un televisor panorámico y pulsamos la opción 16/9 en el reproductor, la película se estira, o mejor dicho, se descomprime para abarcar la totalidad de la pantalla panorámica, lo que otorga una mejor calidad de imagen, ya que, bien no hay franjas (1.85:1) o estas son muy pequeñas (2.35:1). Lo que hace la película es "encajar" en el aparato. Pero si esto mismo lo hacemos en un televisor ordinario, la imagen no encaja con su forma cuadrada, lo que provoca ese estiramiento vertical, que un televisor panorámico no aparecería, puesto que, como hemos dicho, está preparado para imágenes más anchas que altas.
DISCURSO DE GERVASIO SANCHEZ EN LA ENTREGA DE LOS PREMIOS ORTEGA Y GASSET
DISCURSO PRONUNCIADO POR GERVASIO SANCHEZ (PERIODISTA Y FOTÓGRAFO) DURANTE LA ENTREGA DE LOS PREMIOS ORTEGA Y GASSET ESTE 7 DE MAYO.
EN EL ACTO ESTABAN PRESENTES LA VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO, VARIAS MINISTRAS Y MINISTROS, EX MINISTROS DEL PARTIDO POPULAR, LA PRESIDENTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID, EL ALCALDE DE MADRID, EL PRESIDENTE DEL SENADO Y CENTENARES DE PERSONAS.
Estimados miembros del jurado, señoras y señores:
Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.
….
Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.
No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.
Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.
Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad.
Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.
Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.
Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.
Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.
Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.
Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.
Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.
Muchas gracias.
EN EL ACTO ESTABAN PRESENTES LA VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO, VARIAS MINISTRAS Y MINISTROS, EX MINISTROS DEL PARTIDO POPULAR, LA PRESIDENTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID, EL ALCALDE DE MADRID, EL PRESIDENTE DEL SENADO Y CENTENARES DE PERSONAS.
Estimados miembros del jurado, señoras y señores:
Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo.
….
Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.
No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.
Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.
Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad.
Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.
Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.
Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.
Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.
Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.
Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.
Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.
Muchas gracias.
EL LABERINTO DE CRETA:
EL LABERINTO DE CRETA
Tirso de Molina(Gabriel Téllez)
Esta edición electrónica de EL LABERINTO DE CRETA fue preparada por Vern Williamsen en 2000 para incluirse en esta colección. La edición que tomamos como base para fijar nuestro texto es la del COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA, II (Madrid, 1907), NBAE, tomo 9.
Personas que hablen en él:
El REY de Etiopía
ARIADNA
Un TUDESCO
El MINOTAURO
TESEO
MINOS
DÉDALO
RISEL, gracioso
FILENO
FLORISO
Sale MINOS por la plaza sobre un carro triunfaldetrás de su ejército, y en el tablado gente de recibimiento del modo que se advierte en el papel aparte, y ARIADNAy DÉDALO para recibir a MINOS ARIADNA:
Mil veces triunfes en Creta.
¡oh, padre augusto! ¡Oh, monarca!
¡Asombro de cuanto abarca la luz del mayor planeta! Mil veces huelles sujeta la redondez que ya tienes a tus plantas, pues que vienes de aquistar cuanto dilata, y otras mil. Dafnes ingrata diadema ciña a tus sienes. Honren mis labios tus pies.MINOS: o, Ariadna; no, hija mía, que eres alba de mi día y celestial tu interés. No es bien que los labios des a los pies de quien te adora, si no es que con ellos Flora, cuando me aprestas laureles, me aprisione en tus claveles, grillos ellos, tú su aurora. Creta, que en el mar del Ponto ceñida de su profundo, es lo mismo que este mundo para el torpe vicio pronto. Las veces que me remonto a ejercitar mis crueldades en tantas diversidades y naciones de su esfera, por ser tu patria me espera con todas sus cien ciudades. Cien metrópolis, presuma eternizar de edificios inmortales, pues los vicios que la habitan son sin suma. Cuanto la escama y la pluma, el aire y el agua inquieta, cuanto el monte se prometa delicioso, cuanto el valle, todo he dispuesto que se halle mejorado en nuestra Creta. Aquí nos colma Minerva el espléndido licor, que el fuego consumidor para eterna luz conserva. Aquí la caza en la hierba, la sierra sus salvajinas, y en sus entrañas las minas de los monarcas metales hechizo de los mortales y de la virtud ruinas. Aquí, aunque en término angosto, cuelgan joyeles racimos de los sarmientos opimos, oro potable en su mosto. Aquí pródigo el agosto golfos de mieses que cría ondea el viento cada día, conque airoso el Amor saco, porque sin Ceres ni Baco dicen que Venus se enfría. Éste es mi reino, éste Creta, patria de aquellos jayanes, ya Curetes ya Titanes, que mi dominio sujeta. Los que al son de la trompeta de mi voz inobediente apenas en el oriente de sus instantes primeros desnudaron los aceros contra el mismo Omnipotente. Éstos y yo hemos vencido cuanto esos golfos abrazan; en mis deleites se enlazan cuantos son, serán y han sido. Mis estampas he esculpido en los cuellos megarenses, porque triunfen los cretenses mientras el alfanje afila ingrata a su padre Scila y tiemblan los atenienses. Reinaba en Megara Niso, y en un cabello fatal fundaba el trono inmortal que perdió su poco aviso. En solo un cabello quiso que su reino eternizase el hado, y que éste imitase de la púrpura al color, el cual, cortado, al rigor caduco se sujetase. Significábase en ello la vigilancia en la fe, tan delicada que esté en lo sutil de un cabello purpúreo, encendido y bello, porque la fe, toda llama, sangre en las aras derrama, y por su conservación mil héroes dieron blasón al martirio y a la fama. Scila fue la incontinencia de Niso, hija y subcesora, y ésta, al verme, se enamora de mi hipócrita apariencia, siendo sirena el delito que en lo torpe solicito, y cuando velar le importa, ella el cabello le corta y yo la vida le quito. Conquistéle el reino luego y, como el que engaños vende al paso que sirve ofende, al mar su perfidia entrego. Ésta es el escollo ciego ................... [ -ombra] que tanto su golfo asombra, que en la estrechez siciliana es de Caribdis hermana y Scila hasta aquí se nombra. Cerqué a Atenas, cuyo estrago, a pesar de sus escuelas, dominaron mis cautelas, temblándome su Areopago deleites que alisto y pago. Vencen la filosofía, cuando en sus fuerzas se fía. Demóstenes y Solones besan, con los Salomones, los pies a mi idolatría. Conquistéla, y en tributo impongo a su rey Egeo, cuando en su trono me veo, parias que entristezca el luto. Cada año en trágico fruto han de enviarme sorteados siete mozos destinados para pasto miserable del monstruo que, formidable, vive en sitios intrincados. El Minotauro, prodigio de Pasife y aquel toro que adulteró mi decoro, Cerbero del lago Estigio Verá apenas el vestigio de el que el laberinto ignore cuando, hambriento, le devore; pues su furor me promete siete vicios para siete mancebos que Atenas llore. Dédalo fue su inventor, que es Dédalo el artificio en que se ofusca el juicio del lascivo pecador. No me ofende a mí el error de Pasife escandaloso, antes me tiene gustoso, pues más conmigo merece aquél que más se entorpece y llega a ser más vicioso. Ésta es, vasallos, la historia de mi felice jornada. Grecia queda conquistada; Minos triunfa de su gloria. Minos, a quien la memoria dedique altares divinos, cuyos lauros peregrinos en los templos y en las plazas, si Minos dice amenazas, celebren eterno a Minos. Sale un TUDESCO TUDESCO: Ya que a todos desafías y monarca te blasonas, Minos, de las tres coronas que usurpan tus tiranías, yo, que en las regiones frías del Boreas postré los cuellos de sus héroes y sobre ellos de la aurora y sol trasunto su nieve y sus rayos junto en mi cara y mis cabellos; mientras al orbe restauro la libertad que le oprimes, por más que ese bosque estimes cárcel de tu Minotauro, antes que merezca el lauro que a luchar con él me obliga, porque mejor le consiga y ponga fin a tu exceso .................... [ -eso] algún cretense me diga.DÉDALO: Tudesca es la presunción de tu traje y tus blasones, república entre cantones dividida tu nación. Mas, porque presto el Grisón, por ser su soberbia mucha, hará en sacrílega lucha a la fe guerra infelice, yo, que este laberinto hice, te le he de explicar. Escucha: Aquel jirón del mundo que intitulado Grecia de fábulas y engaños dio asunto a los poetas; aquél que, dividido en infinitas sectas, monarca se blasona de la milicia y letras, cuya filosofía de errores tantos llena a idólatras patriarcas confusas dio materias, Metrópoli obedece a la facunda Atenas, alcázar de las musas, asilo de las ciencias, si bien en opiniones contrarias y diversas, filósofos alista, discípula y maestra. Allí Sócrates puso antiguas sus escuelas que con moralidades humanos vicios templan; allí Platón dio fama y nombre a su Academia, como el estagirita de la Naturaleza misterios averigua y el cínico desprecia al Macedón monarca desde su cuba estrecha. Allí, en fin, griego Apolo, hornero al mundo, deja la fama que eterniza sus versos y Uliseas, y el orador süave, Demóstenes, deleita dueño de las pasiones humanas su elocuencia. En ésta, que es mi patria, ilustre yo por ella, mi padre fue el engaño, mi madre la cautela, mi nombre el artificio que en falsas apariencias, para ofuscar virtudes blasones sutilezas, Dédalo me intitulan, sirviendo de corteza a mis cavilaciones, para que más me teman, este apellido humilde, si acaso no es que quieran, porque invente dedales, que yo Dédalo sea. De todo lo ingenioso gané palma y diadema a cuantos hasta hoy día sutiles se veneran. Yo el inventor he sido del barreno, la sierra, el cepillo, el taladro, la plomada y la regla; y hallé la glutinosa y siempre útil materia que junta los divisos mármoles y maderas; pues si el licor faltara que sus cisuras pega, ni hubiera estatuarios ni fábricas excelsas. Yo solo, en vez de plumas, al leño que navega le di en alas de lino el uso de las velas. Yo, en fin, en simulacros, para que envidia tengan los Fidias y Lisipos, a imágenes de piedra doy casi ser y vida, pues hago que se mueran, cual si hospedaran almas sus ojos y cabezas. De suerte la ignorancia por todo esto me precia, que altares me dedica y divo me celebra; mas como las liciones socráticas, que enseñan a moderar costumbres y la verdad veneran, conocen mis engaños, y que la corruptela de mis cavilaciones tantos simples despeña, juntando virtüosos a muerte me sentencian si dentro de seis días no desocupo a Grecia. Salí, en fin, desterrado, y a Minos, rey de Creta, asilo de viciosos, se acogen mis tristezas. Hallé en su patrocinio privanzas y riquezas, pues siendo él todo engaños, yo todo estratagemas, siempre la semejanza de inclinaciones fieras haciéndose acogida, se abrazan y se hospedan. Era Pasife entonces esposa y compañera de Minos, rey tartáreo, y ella de vicios reina. Pasife, que es lo mismo que vil incontinencia, lascivia desbocada, frenética torpeza, de un toro, que de Europa ser robador pudiera, o en el abril florido constelación etérea, cuya armazón diamante vio el soto en su palestra postrar rivales brutos llevándose la presa de la consorte vaca. Amor sin competencia, aun en los incapaces se apaga entre tibiezas, confusos remolinos, cuello, frente y cabeza le arrugan, afectando robusticidad bella. La piel de dos colores a manchas blanca y negra, en los efectos tigre mejor que en la apariencia. De este, pues, bruto torpe, Pasife, amante ciega, de tal modo se abrasa, con tal rigor se quema, que, monstruo de apetitos, más desatinos ceba, mirándole lasciva, que el toro pace hierbas. La corte por los campos, intempestiva, deja, gozosa con su vista, llorosa con su ausencia; celos irracionales el alma la atormentan deseando transformarse en la rival juvenca, tejiéndole guirnaldas de rosa y madreselva, a sus vaqueros manda que le coronen de ellas. Sonoras campanillas hace que le suspendan al pecho, y que le adornen collares de oro y perlas. Así se precipita la humana incontinencia, ya semejante al hombre, al bruto y a la bestia. Desesperaba modos la adúltera resuelta, piélago de imposibles, infierno de impaciencias, hasta que dos volcanes la hacen caer enferma, dentro del alma el uno, pulsando el otro venas. Contóme sus congojas, compadecíme de ellas. Labré una hermosa vaca, que fue la copia mesma de la que el toro busca, con una capaz puerta del modo que el caballo que a Troya dio tragedias. Degüello, en fin, la viva, cubriendo la madera de estotra inanimada, la piel aún no bien seca, con propiedad en todo tan símil a la muerta, que el poderoso instinto de la naturaleza venció en el toro el arte, pues brama sólo en verla, maromas despedaza y encierros atropella. Entró entonces Pasife, y de la junta horrenda de tan bestial consorcio, el torpe amor engendra al Minotauro infame en cuyo cuerpo median lo irracional y humano, casi hombre y casi fiera. Nació el bastardo monstruo, nació en él la blasfemia de tantos heresiarcas contra la fe y la iglesia, hijo, como este bruto, del vicio que sin rienda por ensanchar lascivias los rayos del sol niegan. Temblaron los mortales, porque la voraz bestia destruye poblaciones, abrasa cuanto encuentra. Mandóme entonces Minos que, de mis agudezas, se valga el artificio para que al monstruo prenda, y yo, por que segura de él viva nuestra Creta, un laberinto formo con infinitas sendas de calles enlazadas, de marañosas selvas, de verdes descaminos que en medio el bruto de ellas, por más que a la salida le buscan leves vueltas, al paso que más andan más míseros se enredan. Aquí los condenados, sirviéndole de presa, primero su muerte hallan que la imposible puerta; aquí cada año llora la tributaria Atenas siete mancebos suyos que al hambre brutal pechan, señal de que si el sabio al vil deleite entrega la libertad del alma, inútiles sus ciencias, padece confusiones de míseras tinieblas a manos de aquel monstruo que el Caos eterno encierra. Cualquier desesperado que, por mostrar sus fuerzas, con este error del mundo inadvertido se entra por nuestro Laberinto, en fe de su soberbia, sirviéndole de pasto a muerte se condena; y ya que tan dichoso en esto alguno sea que célebre, le rinda y tanto se prometa, puesto que en los mortales es bárbara quimera pensar que se halle hazaña que postre su fiereza, como en lo marañoso de tanto árbol y selva se le imposibilita la libertad y puerta, errante por sus lazos, forzoso es que perezca en el estéril sitio, o de hambre o de impaciencia. Ésta es toda la historia, tudesco, que deseas saber, si tu arrogancia valiente persevera. Éste es el laberinto, su entrada mortal ésa. Su centro habita el monstruo. Con él venturas prueba, mas mira lo que haces, que si una vez te enredas, muriendo no hay librarte, por más que te arrepientas.TUDESCO: Por más que hiperbolices, por más que me encarezcas peligros fabulosos que te ha enseñado Grecia, no puedes ser bastante a que prodigios tema quien viene de Alemania a hacer su fama eterna. Mis brazos en la lucha harán un mármol piezas, y por tus embarazos mi espada abrirá sendas. Ya, por entrar Alcides por la tartárea cueva, bostezo todo llamas de la prisión etérea, también halló salida, a su pesar, por ellas. Alcides soy segundo, mas, ¿quién mi faena altera? Tocan un clarín. Sale el REY de Etiopíasobre un camello, como el papel lo pinta REY: Apóstata, sacrílego del cielo, peregrina impresión que tanto subes, exhalación fantástica, en el suelo te precipitas más desde las nubes Faetón, hechura del señor de Delo, que, amotinando angélicos querubes, por presumir aleves desatinos del averno dragón, te llaman Minos. Yo, el rey de la Etiopía, que aparente sólo construyo en montes de la luna, de donde el Nilo nace en la eminente pirámide que al sol sirve coluna, y de sus plumas coronó mi frente el pájaro prodigio cuya cuna sepulcro, atrio, sala y parasismo es Oriente y Ocaso de sí mismo. Yo, que al bruto jayán, cuyas espaldas sirven de pedestal a los castillos, que bélicos abaten las guirnaldas de los muros, si llego a combatillos, y entre rubíes, diamantes y esmeraldas atesoro el marfil de sus colmillos y esquivo de sus últimos encierros a montones la plata, el oro a cerros. Yo, en fin, de quien el sol está envidioso y cada vez que de su carro augusto rayos fulmina su rigor fogoso, al ébano vital siempre robusto trocara, si pudiera, el luminoso y dorado esplendor por el adusto color que baja mi abrasada esfera, porque etíope al sol el mundo hubiera. Yo la conquista de tu Creta elijo, de tu infiel laberinto yo el destrozo; su infernal Minotauro entre el prolijo, caos morirá en confuso calabozo. De Salomón y de Sabá soy hijo; Jerusalén, en el festivo gozo, conque asombró a mi madre aquel rey sabio, tálamo fue de su amoroso agravio. A Etiopía ilustró su descendencia, la ley de su Moisén hemos guardado hasta que, humana ya la omnipotencia del verbo Dios, pasible aunque increado, llegó a nuestra noticia su clemencia cuando Felipe, apóstol consagrado, porque mi reino a todos se anticipe, bautizó en Palestina a otro Felipe. Candaces, reina, es la primer cristiana que merecieron ver los abisinos; hijo soy suyo y, pues que Dios se humana, postrara en su fe tus desatinos. Ya, apóstata precito, la tirana confusión pereció; ya, infernal Minos, no han de oprimir los hombres tus venenos; Minos te llamas, ya has venido a menos.MINOS: Oh, prosapia de Cam, de Dios maldita, aborto de la noche, todo sombra, del cafre descendiente y trogoldita indigno que a mis pies sirvas de alfombra, entra en el laberinto, solicita la muerte al monstruo, si es que no te asombra su formidable forma. Entra en las redes, por que en sus lazos castigado quedes.REY: Espera, basilisco del infierno, que no te han de valer tus artificios. Teseo viene y es monarca eterno que te arroje a inmortales precipicios.MINOS: Deleite del amor lascivo y tierno, engolfadle en la selva de mis vicios.REY: ¿A él blasfemias? ¡Oh, dragón cobarde!MINOS: Vendrá Teseo a redimirte tarde. Vanse todos y sale RISEL, rústico ygracioso RISEL: Ellos deben de cuidar que es barro esto de morir. ¡Qué hobiese yo de salir, entre tantos, a pagar al tarascón el tributo, que esta tierra le promete! ¡Que fuese yo de los siete! ¡Ay, mi rucio! Poneos luto de hoy más por vueso Risel, que ya no vos llevará arre acá ni arre acullá al monte ni al alcacel. Sale FILENO FILENO: Ánimo, pues que la suerte te cupo y lo quiere Dios.RISEL: ¿Tendredes ánimo vos para el sorbo de la muerte? ¡Pardiez que es linda frema con que animáis mi desmayo! Diz que un hombre con su sayo, con su cáscara y su yema se mama el diablo novillo, y tal vez al que le toca se le cuela por la boca todo entero hasta el portillo.FILENO: El Minotauro es voraz.RISEL: ¿El vino-en-tarros ha nombre? Y decid, si llega el hombre y le habla homilde y de paz, con reverencia y mesura, ¿será tan desacatado que le coma?FILENO: Hanle cebado con toda humana criatura; lo que de hombre participas será su manjar y empleo.RISEL: Yo os voto al sol, si me veo una vez dentro sus tripas y el estuémago le escarbo, que en llegándome a sorber más le tengo de valer que seis libras de ruibarbo. Dejadme entrar allá dentro.FILENO: Pues ¿has de vivir comido?RISEL: ¿Por qué no? ¿Vos no heis leído que saliéndole al encuentro a un hombre sin más ni más cuando hueron a arrojarle se le tragó sin liscarle la ballena de Juan Bras?FILENO: Ésa fue una maravilla que usó Dios con su profeta.RISEL: Dejad vos que allá me meta y veredes la rencilla que el vientre conmigo tien; Fileno, yo os juro a un canto, que no han de armar preito tanto dos suegras y un escribén. Pero habrando ahora en juicio, decid, ¿no huera mijor que el reye, nueso señor, llevara a ese sacrificio, sin dar a su corte quejas, las viejas que en ella están? ¿Para qué diabros serán buenas, Fileno, las viejas? Lleve a un sastre mal ladrón que en la cruz de su tijera colgado aplique en la fiera las tripas para el pendón; a un tabernero que imite al signo Acuario mojado, porque tragándole aguado la tarasca le vomite; a un mesonero barriga que venda el gato por liebre y las sisas del pesebre mos pague vuelto en boñiga; pero ¿a un pobre labrador, habiendo tantas mujeres?FILENO: Risel, por tu patria mueres.RISEL: Moríos vos, consolador.FILENO: El Laberinto de Creta nos fuerza a tanta injusticia como ves.RISEL: El avaricia decrépita no se meta en hornos que el vino-en-tarros sin más ni más nos meriende.FILENO: Ya el mar, que el zafir extiende por campos de sol bizarros, nos ha ofrecido a la vista de Creta la injusta playa.RISEL: El Dimuño que allá vaya.FILENO: Si Teseo la conquista y a Minos llega a vencer, ¿de qué es tu necio temor?RISEL: De vino-en-tarros, señor, que a ser vino de beber no temiera los desgarros de su selva y laberinto; más leche, y no branco y tinto, es lo que se bebe en tarros; vino-en-tarros y avaricia decrépita es quien me aprieta.FILENO: Del Laberinto de Creta destrozará la malicia. Dentro VOCES: ¡Tierra! ¡Tierra!TESEO: Echa el batel.RISEL: Tierra dicen, hoy me entierran si en vino-en-tarros me encierran.FILENO: Ánimo, y adiós, Risel.RISEL: Luego ¿a Atenas os tornáis?FILENO: Aguárdanme sus vecinos.RISEL: ¿Y en poder de tarros vinos sin más cuita me dejáis, sin más arte ni más parte?FILENO: Dispónelo el hado ansí. ¿Qué quieres que haga por ti?RISEL: El que le deis de mi parte al mi rucio aqueste abrazo, al mi caro compañero.FILENO: ¿A un jumento? ¡Anda, grosero!RISEL: Diréisle que llegó el prazo del su Risel, ¡ah, mezquino! Llorando pero si una vez me escurro...FILENO: ¿Estás loco?RISEL: Estoy sin burro, que es peor.FILENO: ¡Qué desatino!RISEL: Como no le heis conocido no lloráis cual yo le lloro, que era como un pino de oro; jumento más entendido no le tuvo Grecia.FILENO: Acaba.RISEL: ¿Cuidas que miento? Decían que las burras le entendían cuantas veces rebuznaba, pues la vez que caminaba tan cuerdo hué de día en día, que siempre en todo caía o al de menos trompicaba. Pues ¿sofrido? No hube her, por más palos que le diese, que se enojase o corriese, que él nunca supo correr; pues si acaso algún rocín le guizgaba de repente, le asentaba entre la frente las virillas del chapín. Estas gracias y más tien, que es mi rucio sin segundo. Decid que vo allotro mundo y que haga por mi alma bien; que para que me conorte, cuando al infierno me parta, le enviaré de allá una carta con un celemin de porte; que en mi lugar quedáis vos, y que os lleve por los barros, y que, en fin, del vino-en-tarros le libre el cielo, y adiós. Dentro TESEO: ¡Alto! A tierra, mis soldados.FILENO: No temas, que este es Teseo, y ya triunfante le veo de los bosques intrincados.RISEL: Al mi rucio--¡hao!--lo primero y que de él me acordaré cuando en la caldera esté del señor Pero Botero. Vanse. Sale ARIADNA sola ARIADNA: Isla, que en tanto destierro prendes a tus naturales y con grillos de cristales sabes suplir los de hierro; de deleites infinitos abundas que nos enlacen, mas--¡ay!--que no satisfacen del todo los apetitos; experiencia de ellos hago y advierto en su desazón lo amargo en la posesión y en el hambre el empalago. ¿Qué importa que diferentes conviden a la ignorancia si les falta la sustancia y todos son aparentes? Minos, tirano, me nombra hija suya, y soy su esclava. Dichosa yo cuando andaba gozando de en sombra en sombra los amorosos sesteos de las fuentes y los prados, sin pensiones de cuidados, sin asaltos de deseos, que la presunción humana remite a la vanidad. Mi nombre era voluntad, sin ella soy Ariadna. En esta prisión prolija quiere el tirano que sea, porque crüel me posea, al tiempo que esclava su hija. Apoderóse de mí, y soy en mi adversidad voluntad sin voluntad, pues vivo sin ella aquí. Sale FLORISO FLORISO: Si, inquietando soledades aumentas, señora mía, tus tristezas de día en día y ansias a penas añades, ¿qué esperas mientras que llora prisiones tu adversidad sino que en tu tierna edad juntes tu ocaso a tu aurora? Pues lo crees y al sol deseas, que humanando resplandores facilite tus amores y a la sombra su luz veas, durmiendo a la protección de ese olmo alivian congojas, huecos que adulan las hojas de sus llamas pabellón. Yo le aceché que salía de la embarcación cansado Narciso, que enamorado se miró a esa fuente fría donde los rubios cabellos sus cristales perfilaban y aquí sólo le dejaban sus siervos, porque sin ellos templase a la sed la calma, y cuando al agua llegó los labios, luego la halló en dos búcaros con alma; al besarlos se reía la fuente que los copiaba, y como el rostro bañaba, juzgué que el sol se ponía, porque empezó a oscurecerse la comarcana región, que no hay mucha distinción entre el dormirse y ponerse. Descúbrese TESEO durmiendo, como dicen losversos Juzga, si en sueños abrasa y a cierra ojos da la muerte, qué ha de hacer cuando despierte, que yo doy la vuelta a casa. Vase FLORISO ARIADNA: ¡Qué poco lo encareciste en comparación tan baja! Concédale la ventaja el que de oro cumbres viste. ¡Ay, cielos! En él asiste no sé qué oculta deidad con toda la actividad que obstenta naturaleza. Océano es de belleza que se atreve a inmensidad. Más es que amor el que admito y el que adorarle me induce, que éste limpiezas produce y el otro engendra apetito. Abrásome sin delito y al paso que más le veo más honesta me recreo. ¿Qué será, si no es amor, un ardor que sin ardor es deseo sin deseo? Átomos de aljófar suda y en rayos que al viento extiende sol de sí mismo se enciende. ¡Ay Dios! Si abrasarse duda, compasión, démosle ayuda, no nos usurpen las flores en tan pródigos favores dichas que dan al verterlas. ..................... [ -erlas] ..................... [ -ores]. Llega a enjugarle con un lienzo el sudor, y TESEOdespierta TESEO: ¡Oh selvas que de engañar ponéis escuela al fingir, que avaras sois al cumplir, qué pródigas al pintar! Ve a ARIADNA, levántase y cógela lasmanos ¡Ay, cielos! si esto es soñar, nunca el Amor me despierte.ARIADNA: No me toques, si perderte no intentas, joven hermoso, que cuanto más presuroso más te acercas a la muerte. Cuanto ves en mí es engaño, hechizos cuanto en mí admiras, un monstruo soy de mentiras, áspid que en flor cubre el daño. Huye, peregrino extraño, Circe que entre esta aspereza vendiendo falsa belleza son las frutas de Segor, dentro ceniza y horror y hermosas en la corteza.TESEO: Dices, Ariadna, verdad. Si yo no te conociera, si limpio mi amor no fuera, huyera de tu beldad. ¡Ay, humana voluntad! ¿Qué bárbaro desvarío del conocimiento mío te aparta? Hízote señora la Omnipotencia criadora de ti mesma y tu albedrío. Rindióte la torpe llama al basilisco de Creta, que esclava vil te sujeta cuando hija suya te llama. La ponzoña que derrrama su tiranía infernal te tiene, mi Ariadna, tal, y tal mis ojos te ven, que te hallas mal con el bien y juzgas por bien el mal. Desde el trono regio y sumo de mi padre descendí, Ariadna ingrata, por ti, y en tus brazos me consumo; dejas la luz por el humo, por la infructífera arena la estación de el cielo amena, delicias de él cornucopia, y siendo voluntad propia, voluntad te hiciste ajena.ARIADNA: ¡Ay, gozo del pesar mío! Redímame tu eficacia.TESEO: Omnipotente es mi gracia; dame tu libre albedrío, que de uno y otro confío efecto tan singular que al monstruo puede postrar; pero, aunque hombre y Dios nací, quien te redimió sin ti, sin ti no te ha de salvar.ARIADNA: Eso la fe lo celebra; tenme por tuya desde hoy, mi libre albedrío te doy, hilo es que el pecado quiebra. Dale un ovillo de cordones de seda en-carnada Pero en tus manos la hebra de aqueste ovillo indistinto en tu amante sangre tinto, aunque al Minotauro encuentres, nos sabrá librar cuando entres de su mortal laberinto. Cada uno por mitad corte esta araña en los dos, tú la gracia, que eres Dios, yo mi libre voluntad. Temo la hambrienta impiedad de Minos, dragón crüel. Ata al confuso vergel ése y lo que siendo así no te librará él a ti, tú sí a mí, por ti y por él. Vanse. Salen MINOS, DÉDALO y otros MINOS: ¿Nave en la plaza de guerra y en sus peñas no se ha roto?DÉDALO: Afirman que es su piloto Teseo y que ya está en tierra; y si es él ya Creta sabe que le tiembla y reconoce Neptuno.MINOS: Traerá a los doce Argonautas en la nave de la iglesia.DÉDALO: Su gobierno huracanes atropella, sin prevalecer contra ella las puertas del mismo infierno.MINOS: Habiendo yo atravesado tanto escollo en el camino, tanto del monstruo marino que ninguno se ha escapado desde el primer navegante ni ha de escaparse el postrero, ¿cómo de su golfo fiero sin romperse naufragante una nave tiene audacia de surcar su mar remoto?DÉDALO: Excepcionóla el piloto y preservóla la gracia.MINOS: ¿Cuándo?DÉDALO: En el primero instante que comenzó a navegar, y afirman que ha de quebrar con la quilla de diamante la cabeza a la serpiente, creyendo salirla al paso, para eclipsar con su ocaso la luz de su puro oriente.MINOS: Pues ¿por qué, si se cortó la materia de esa nave de aquel tronco y árbol grave que la culpa corrompió, de los naufragios de Adán no ha de tocarla ni una ola?DÉDALO: Porque es nave única y sola que de lejos nos trae pan que de Ángeles se intitula, y con dos naturalezas, entre cándidas cortezas, es Dios, y hombre la medula. Sale TESEO Pero--¡cielos!--el que veo, ¿no es el mismo de quien doy noticia? MINOS: ¡Temblando estoy! ¿Hombre o Dios eres, Teseo?TESEO: No eres digno tú, tirano, de que yo quién soy te diga; bien sé lo que te fatiga saber, si soy puro humano o aquel amoroso enjerto de quien tiembla tu poder y te ha de desvanecer tres veces en el desierto. Desvela tus confusiones, busca entre la densidad de tu ciega obscuridad para uno y otro razones, serás de ti mismo guerra. Cuando amor nacer me vió todo el cielo me cantó, "¡Gloria a Dios, paz a la tierra!" Di que Dios soy según esto. De un portal la choza baja trigo me escondió entre paja al hielo y la nieve expuesto. Di, pues, que el que en tanta injuria nace, tiembla, gime y llora, no es Dios, porque a Dios ignora la miseria y la penuria. Tres reyes me pagan censo postrados en el portal por Dios, por hombre y mortal, con oro, mirra e incienso; conjetura de estas parias lo que soy, mas no podrás, que hasta en ellas hallarás razones también contrarias. Porque si el incienso y oro por rey y Dios me pronuncia, mortal la mirra me anuncia, y juzgarás a desdoro que un Dios muera y necesite de mirra que le preserve y incorrupto le conserve, pues la razón no lo admite. La sangre ofreció al cuchillo de la ley mi amante llama, y quien su sangre derrama no es Dios, sino hombre sencillo. Más dudará tu temor de que Salvador me nombre, porque sin ser Dios un hombre, ¿cómo será salvador? De Herodes, rey idumeo, que a la inocencia destruye, huyendo salí, y quien huye, ni aun de hombre merece empleo; mas ¿cómo Herodes crüel, belicoso y arrogante, tembló de un desnudo infante si no halló deidad en él? ¿Cómo hambriento si es divino? ¿Quién habrá que hombre le crea, si en Canán de Galilea el agua transforma en vino? Entre estas ambigüedades y otras como ellas te ofuscas, mientras, ciego, atento buscas la luz por obscuridades. Atorméntate, homicida, verdugo tú de ti mismo, torpe, errante en el abismo de mi misteriosa vida, que enigma tuya he de ser porque te aflija y asombre, ya juzgándome puro hombre, ya Dios de inmenso poder, mientras el mundo restauro, que ya por ti es calabozo, tu laberinto destrozo y postro a tu Minotauro. Vase MINOS: Seguidle, vasallos míos, que un reino no admite a dos; ya sea hombre, ya sea Dios, pruebe mis rabiosos bríos, que, pues a su ser me igualo, si al monstruo llega a vencer, yo sabré hacerle poner a la vergüenza en un palo. Vanse. Sale RISEL, temblando RISEL: Los dimuños inventaron tantas calles y revueltas, rodeos y encrocijadas, atajos, ramblas y sendas. Zampáronme dentro el bosque, y en acuita de la puerta, sin topar con su salida, he andado más de tres leguas como jumento de noria, y después que ell hombre piensa que acaba con la espesura, cátale en el medio de ella. ¡Válgate el diabro por trampa! Devanadme esta madeja; al retortero el joicio y atili vobis la cuenda. Lo mismo heime aquí entrado que mandarme que me metan en medio de un guardainfante o de unas calzas tudescas; pues si ell hombre tiene sed, decid que hay fuente o alberca, ni aun charco en que se remoje. Ello, si habramos de veras, bella zahorí soy de agua, que pues siempre la despeñan desde las nubes abajo, no debe de ser por buena. Pero ¿qué ha de her un pobre huérfano de las tabernas, si llamando a un cuero, mama, en vez de un pezón encuentra un cabrozo o cabrahigo, o los brindis de ell arena, que es lo mismo que topar con los pechos de una dueña? Pues para matar ell hambre entrar y hallaréis la mesa en cada árbol que os convide con frutas verdes o secas. Bercebú lleve el piñón, dátil, bellota, ciruela, zarzamora, escaramujo, que he vido en toda la selva, que por más que haya espulgado nísperos, castaños, serbas, no me depare el dimoño ni aun legumbres con ser huerta. A la hé, que si encerraran a don Adán y doña Eva aquí en vez del Paraíso, que nunca doña Culebra se topara tan a mano la barbirrubia camuesa, y que, mal que les pesara, ayunaran mil cuaresmas. Sale el MINOTAURO, como se dirá en elpapel ¡Ay de mí, desmamparado! Mas hétele dónde llega el vino-en-tarros pantasma. ¡San Sansón, Santa Belerma, San Escápame de aquí! ¡San Sastre! ¿qué has dicho lengua? Pídele al cielo perdón, que sastre y santo es blasfemia. De hombre tiene la fachada y de toro la zaguera; el dimuño que pintase dos feguras tan diversas. De hueso trae los bigotes, alquiladle la madera para saleros de bodas, que no os faltará pimienta. Llamas por ellos vomita, y hué boba empertinencía, que toda armazón ganchosa del modo que injuria quema. Estas matas me agazapen. ¡Vióme! Rematamos cuentas. La cara hacia mí emberrincha. Transfórmeme Dios en suegra, que en peligros semejantes, por lo rezongoña y vieja, huirá de su vista un toro sin que el diablo la acometa. ¡Jesucristo, y cómo escarba! Escarba Yo jamás, señora bestia, habré mal del vino-en-tarros De rodillas ni contra su monstruencia dije chas ni mus jamás. Ansí, si es que tiene llenas de limpio trigo los silos de ambos vinos la bodega, chero decir branco y tinto, en catorce años no llueva, porque no se mos ahorque, y a gusto suyo lo venda. Ansí no acierte a su casa la ejecución en las deudas, el huego de las vecinas, ni en sus sembrados la piedra que en otros se desayune; porque si una vez me almuerza, y no le echan veinte gaitas, soy de sustancia indigesta. Zámpese un médico a mula, comeráse en una pieza treinta hespitales de viudas en virtud de sus recetas. Cómase a un pesquisidor, pero a este triste no--¡ahuera!-- que no le dejará entrañas, porque a todos mos las lleva. Acométele y huye por el tablado, y luego andaalrededor de un árbol que ha de haber, y el monstruo trasél dando golpes en el tronco ¡Ay, que acomete a ojalarme! Esta encina me defienda. ¡Zape, ahí me las den todas! ¡Andarlo a la retortera! Veremos, pues, si jugamos los dos la gallina ciega, cuál, andando a la tahona, de los dos sabe más tretas. Dentro FLORISO: Aquí, Teseo divino, el Minotauro se encierra; redímannos tus hazañas de tan formidable fiera. Vase el MINOTAURO RISEL: Ancia allá las patas guía. Vaya muy enhorabuena y ciégale Sant Antón la vez que por acá vuelva. Mucho sudo, y no es almizcle. Sale FLORISO FLORISO: Hoy el mundo se remedia. ¿Quién eres?RISEL: ¿Quién lo pescuda?FLORISO: La esperanza.RISEL: Tarde llega, que ya yo he desesperado; vuesasté se harte de hierba, pues es verde la esperanza y serálo de las bestias.FLORISO: ¿Qué temes?RISEL: Ya está temido.FLORISO: Del laberinto de Creta saldrás hoy.RISEL: Pues ¿por dó salen dell avaricia discreta?FLORISO: Triunfará del Minotauro nuestro Teseo.RISEL: No creiga que cuando le despachare que a mí sus dichas me quepan.FLORISO: ¿Por qué?RISEL: Porque, pues, jamás las buenas suertes me aciertan.FLORISO: ¿Qué dices?RISEL: Las letanías.FLORISO: Ponte a mi lado, no temas.RISEL: ¿Si se hallare en todo ell orbe quien más desdichado sea que yo?FLORISO: ¿Tiemblas?RISEL: Tiemblo y sudo. Olerásme si te acercas. ¿Quieres ver cuán venturoso soy? Pues escucha. Una siesta soñaba que me había hallado un bolsón y dos talegas de doblones de a dos caras, tendidos sobre una mesa, y cuando empiezo a contarlos, al instante me despiertan, dejándome de la galla sin permitirme siquiera que entre sueños recrease mis sentidos con su cuenta. Soñé otra vez que me daban, sacándome a la vergüenza por las calles de mi villa, cuatrocientos de la penca. Iba yo, carivinagre, llorado de verduleras entre escribas y envarados, las espaldas berengenas, y a cada "esta es la josticia" me pespuntaba el gurrea los ribetes, cuatro a cuatro, cual le dé Dios la manteca. Consideren, pues, qué tal iría mi reverencia que--¡vive Dios!--que escocían como si huesen de veras; pues fué mi ventura tal, para que envidia me tengas, que hasta el último pencazo no desperté; de manera que cuando sueño doblones, al primero me recuerdan, y cuando azotes, me obligan que hasta el cuatrocientos duerma. ¿Hay bestia más desdichada? Sale TESEO luchando con el monstruo TESEO: No hay al poder resistencia de mi brazo, que es divino. Monstruo torpe, las cavernas infernales te sepulten. Cae el MINOTAURO, húndese y salen llamas, yéntrase TESEO FLORISO: Victoria, amorosa iglesia; entonadle epitalamios mientras al tálamo llega teñidas las vestiduras de la sangre que en la guerra, por redimir vuestros hijos, derramaron dichas muestras. Sale TESEO y todos los que pudieren TESEO: Emprended fuego, mis fieles, a ese laberinto y selva de deleites y lascivias, de errores y de blasfemias. Mi fe sea inquisidora, pues a los herejes quema, esparza el viento cenizas que contaminan la tierra, y seguidme adonde todos, en delicias siempre amenas, mis triunfos gocéis conmigo.FLORISO: ¡Viva edades sempiternas Teseo, nuestro monarca!RISEL: Viva, y siéntese a la diestra por los siglos de los siglos de su misma omnipotencia. Éntranse, con música, y quedan FLORISOy RISEL FLORISO: ¿Qué juzgas de esta victoria?RISEL: Que parece que la sueñan los temblores que aún me duran, que si me llamó mi aldea el recelo hasta este punto, ya es bien que aquel nombre pierda y el regocijo me llamen, pues me hace el alma gambetas. Tocan dentro FLORISO: Oye, pues, de sus victorias la música sacra y regia.RISEL: ¿Qué son éstas?FLORISO: Chirimías.RISEL: Pues ¿porqué no chirinuesas?FLORISO: Porque son de la esperanza cuando a posesiones llega. Aparece TESEO en lo alto y el altar y cordero como sedice en el papel TESEO: Carísimos alumnos del bautismo que en púrpura y cristal de mi costado ve engendrados quedáis conmigo mismo unidos al amor que os ha enlazado, del laberinto vil del torpe abismo a costa de mi sangre os he librado. Oíd de mis fierezas el empleo, por que sepáis quién es vuestro Teseo. Rey de Atenas intitulan a mi padre, Dios inmenso, porque en Atenas reinaron las ciencias del universo. Y como soy de mi padre la eterna sapiencia, el verbo, y el acto de intelección que de su mente procedo, a Atenas me dan por patria, esto es al entendimiento que de la sabiduría es potencia y es sujeto. Teseo tengo por nombre, que si en Grecia Dios y theos es lo mismo sincopado, ser theos lo que Theseo. Que Egeo se llama afirman a quien mi humano ser debo, pues que egere es el ser pobre, y yo de pobre me precio. Después que a ser hombre vine, y lo fui con tanto extremo que, las fieras en los montes conocen su alojamiento, los pájaros en sus nidos y el hijo del hombre, siendo de la Omnipotencia hijo, no tuvo dónde en el suelo la cabeza reclinase, porque el ser pobre apetezco. La rebelde Sinagoga, que de madre se me ha vuelto madrastra y supersticiosa Medea es de encantamentos, ingrata me ha perseguido, como dirá el menosprecio que hicieron de mi doctrina escribas y fariseos. La envidia de mis hazañas fue el mortífero veneno que provocó sus crueldades y consultó mis tormentos. Debelé las Amazonas, los vicios, digo, superbos, estériles de virtudes, pues que con no más de un pecho sólo las torpezas crían. Di muerte al tirano fiero de Tebas, quiero decir al príncipe del Averno. Eché del mar los piratas, del mundo los bandoleros, de las cortes los engaños, los monstruos de los desiertos, de Creta al dragón intruso, de su enmarañado enredo al lascivo Minotauro; bajé triunfante al infierno, y sus puertas desquiciando, los predestinados presos saqué y dejé a los precitos, porque allí nulla est redemptio. Si refieren las historias que a Ariadna menosprecio y con Fedra me desposo, sabed, fieles, que es lo mesmo que haber dado de repudio el merecido libelo a la Sinagoga ingrata, que fue mi esposa primero, por vuestra gentilidad, que es pasarse el Evangelio al lado diestro, dejando como rebelde al siniestro en mi sacrosanta misa monarca de mis misterios. Agora, pues, que arruinado el marañoso embeleco, del monstruo infernal hospicio, la libertad os he vuelto, gozad, regalados míos, los bosques verdes y amenos de mi jardín delicioso, de mis floridos recreos. En vez del vil Minotauro, la mansedumbre os ofrezco, que os sustente y que dé vida, de este cándido cordero. Desde el origen del mundo os dice Juan que está muerto, aunque para daros vida resucitó al día tercero; mas como se hace memoria en el altar incruento de mi triunfante pasión, vivo en la verdad y efecto y en la apariencia difunto; entre accidentales velos os convido a tres sustancias: divinidad, alma y cuerpo. Tendréisme hasta el fin del mundo tan continuo, tan perpetuo, que desde ahora me llame la fe juge sacramentum. Comeréisme cada día, mas no como el alimento que se convierte en sustancia del que le come perdiendo el ser que hasta entonces tuvo, que aquí, con modo diverso, el que come se transforma en el manjar, adquiriendo casi el ser del que es comido, porque amor invencionero con finezas jamás vistas es pródigo y todo excesos. Negaréme a los sentidos, las almas conmigo uniendo, juntando a la posesión la esperanza y los deseos, porque con modo admirable presente y ausente a un tiempo, por lo ausente deis suspiros y por lo presente afectos. No viéndoos os medrará vuestra fe merecimientos y gozándome comido aliviaréis los destierros de esta peregrinación, hasta que, con dulce vuelo, poseáis tronos augustos en las sillas de mi reino.
FIN DEL AUTO
Texto electrónico por Vern G. Williamsen y J T AbrahamFormateo adicional por Matthew D. Stroud
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Association for Hispanic Classical Theater, Inc.
Actualización más reciente: 24 Jun 2002
Tirso de Molina(Gabriel Téllez)
Esta edición electrónica de EL LABERINTO DE CRETA fue preparada por Vern Williamsen en 2000 para incluirse en esta colección. La edición que tomamos como base para fijar nuestro texto es la del COMEDIAS DE TIRSO DE MOLINA, II (Madrid, 1907), NBAE, tomo 9.
Personas que hablen en él:
El REY de Etiopía
ARIADNA
Un TUDESCO
El MINOTAURO
TESEO
MINOS
DÉDALO
RISEL, gracioso
FILENO
FLORISO
Sale MINOS por la plaza sobre un carro triunfaldetrás de su ejército, y en el tablado gente de recibimiento del modo que se advierte en el papel aparte, y ARIADNAy DÉDALO para recibir a MINOS ARIADNA:
Mil veces triunfes en Creta.
¡oh, padre augusto! ¡Oh, monarca!
¡Asombro de cuanto abarca la luz del mayor planeta! Mil veces huelles sujeta la redondez que ya tienes a tus plantas, pues que vienes de aquistar cuanto dilata, y otras mil. Dafnes ingrata diadema ciña a tus sienes. Honren mis labios tus pies.MINOS: o, Ariadna; no, hija mía, que eres alba de mi día y celestial tu interés. No es bien que los labios des a los pies de quien te adora, si no es que con ellos Flora, cuando me aprestas laureles, me aprisione en tus claveles, grillos ellos, tú su aurora. Creta, que en el mar del Ponto ceñida de su profundo, es lo mismo que este mundo para el torpe vicio pronto. Las veces que me remonto a ejercitar mis crueldades en tantas diversidades y naciones de su esfera, por ser tu patria me espera con todas sus cien ciudades. Cien metrópolis, presuma eternizar de edificios inmortales, pues los vicios que la habitan son sin suma. Cuanto la escama y la pluma, el aire y el agua inquieta, cuanto el monte se prometa delicioso, cuanto el valle, todo he dispuesto que se halle mejorado en nuestra Creta. Aquí nos colma Minerva el espléndido licor, que el fuego consumidor para eterna luz conserva. Aquí la caza en la hierba, la sierra sus salvajinas, y en sus entrañas las minas de los monarcas metales hechizo de los mortales y de la virtud ruinas. Aquí, aunque en término angosto, cuelgan joyeles racimos de los sarmientos opimos, oro potable en su mosto. Aquí pródigo el agosto golfos de mieses que cría ondea el viento cada día, conque airoso el Amor saco, porque sin Ceres ni Baco dicen que Venus se enfría. Éste es mi reino, éste Creta, patria de aquellos jayanes, ya Curetes ya Titanes, que mi dominio sujeta. Los que al son de la trompeta de mi voz inobediente apenas en el oriente de sus instantes primeros desnudaron los aceros contra el mismo Omnipotente. Éstos y yo hemos vencido cuanto esos golfos abrazan; en mis deleites se enlazan cuantos son, serán y han sido. Mis estampas he esculpido en los cuellos megarenses, porque triunfen los cretenses mientras el alfanje afila ingrata a su padre Scila y tiemblan los atenienses. Reinaba en Megara Niso, y en un cabello fatal fundaba el trono inmortal que perdió su poco aviso. En solo un cabello quiso que su reino eternizase el hado, y que éste imitase de la púrpura al color, el cual, cortado, al rigor caduco se sujetase. Significábase en ello la vigilancia en la fe, tan delicada que esté en lo sutil de un cabello purpúreo, encendido y bello, porque la fe, toda llama, sangre en las aras derrama, y por su conservación mil héroes dieron blasón al martirio y a la fama. Scila fue la incontinencia de Niso, hija y subcesora, y ésta, al verme, se enamora de mi hipócrita apariencia, siendo sirena el delito que en lo torpe solicito, y cuando velar le importa, ella el cabello le corta y yo la vida le quito. Conquistéle el reino luego y, como el que engaños vende al paso que sirve ofende, al mar su perfidia entrego. Ésta es el escollo ciego ................... [ -ombra] que tanto su golfo asombra, que en la estrechez siciliana es de Caribdis hermana y Scila hasta aquí se nombra. Cerqué a Atenas, cuyo estrago, a pesar de sus escuelas, dominaron mis cautelas, temblándome su Areopago deleites que alisto y pago. Vencen la filosofía, cuando en sus fuerzas se fía. Demóstenes y Solones besan, con los Salomones, los pies a mi idolatría. Conquistéla, y en tributo impongo a su rey Egeo, cuando en su trono me veo, parias que entristezca el luto. Cada año en trágico fruto han de enviarme sorteados siete mozos destinados para pasto miserable del monstruo que, formidable, vive en sitios intrincados. El Minotauro, prodigio de Pasife y aquel toro que adulteró mi decoro, Cerbero del lago Estigio Verá apenas el vestigio de el que el laberinto ignore cuando, hambriento, le devore; pues su furor me promete siete vicios para siete mancebos que Atenas llore. Dédalo fue su inventor, que es Dédalo el artificio en que se ofusca el juicio del lascivo pecador. No me ofende a mí el error de Pasife escandaloso, antes me tiene gustoso, pues más conmigo merece aquél que más se entorpece y llega a ser más vicioso. Ésta es, vasallos, la historia de mi felice jornada. Grecia queda conquistada; Minos triunfa de su gloria. Minos, a quien la memoria dedique altares divinos, cuyos lauros peregrinos en los templos y en las plazas, si Minos dice amenazas, celebren eterno a Minos. Sale un TUDESCO TUDESCO: Ya que a todos desafías y monarca te blasonas, Minos, de las tres coronas que usurpan tus tiranías, yo, que en las regiones frías del Boreas postré los cuellos de sus héroes y sobre ellos de la aurora y sol trasunto su nieve y sus rayos junto en mi cara y mis cabellos; mientras al orbe restauro la libertad que le oprimes, por más que ese bosque estimes cárcel de tu Minotauro, antes que merezca el lauro que a luchar con él me obliga, porque mejor le consiga y ponga fin a tu exceso .................... [ -eso] algún cretense me diga.DÉDALO: Tudesca es la presunción de tu traje y tus blasones, república entre cantones dividida tu nación. Mas, porque presto el Grisón, por ser su soberbia mucha, hará en sacrílega lucha a la fe guerra infelice, yo, que este laberinto hice, te le he de explicar. Escucha: Aquel jirón del mundo que intitulado Grecia de fábulas y engaños dio asunto a los poetas; aquél que, dividido en infinitas sectas, monarca se blasona de la milicia y letras, cuya filosofía de errores tantos llena a idólatras patriarcas confusas dio materias, Metrópoli obedece a la facunda Atenas, alcázar de las musas, asilo de las ciencias, si bien en opiniones contrarias y diversas, filósofos alista, discípula y maestra. Allí Sócrates puso antiguas sus escuelas que con moralidades humanos vicios templan; allí Platón dio fama y nombre a su Academia, como el estagirita de la Naturaleza misterios averigua y el cínico desprecia al Macedón monarca desde su cuba estrecha. Allí, en fin, griego Apolo, hornero al mundo, deja la fama que eterniza sus versos y Uliseas, y el orador süave, Demóstenes, deleita dueño de las pasiones humanas su elocuencia. En ésta, que es mi patria, ilustre yo por ella, mi padre fue el engaño, mi madre la cautela, mi nombre el artificio que en falsas apariencias, para ofuscar virtudes blasones sutilezas, Dédalo me intitulan, sirviendo de corteza a mis cavilaciones, para que más me teman, este apellido humilde, si acaso no es que quieran, porque invente dedales, que yo Dédalo sea. De todo lo ingenioso gané palma y diadema a cuantos hasta hoy día sutiles se veneran. Yo el inventor he sido del barreno, la sierra, el cepillo, el taladro, la plomada y la regla; y hallé la glutinosa y siempre útil materia que junta los divisos mármoles y maderas; pues si el licor faltara que sus cisuras pega, ni hubiera estatuarios ni fábricas excelsas. Yo solo, en vez de plumas, al leño que navega le di en alas de lino el uso de las velas. Yo, en fin, en simulacros, para que envidia tengan los Fidias y Lisipos, a imágenes de piedra doy casi ser y vida, pues hago que se mueran, cual si hospedaran almas sus ojos y cabezas. De suerte la ignorancia por todo esto me precia, que altares me dedica y divo me celebra; mas como las liciones socráticas, que enseñan a moderar costumbres y la verdad veneran, conocen mis engaños, y que la corruptela de mis cavilaciones tantos simples despeña, juntando virtüosos a muerte me sentencian si dentro de seis días no desocupo a Grecia. Salí, en fin, desterrado, y a Minos, rey de Creta, asilo de viciosos, se acogen mis tristezas. Hallé en su patrocinio privanzas y riquezas, pues siendo él todo engaños, yo todo estratagemas, siempre la semejanza de inclinaciones fieras haciéndose acogida, se abrazan y se hospedan. Era Pasife entonces esposa y compañera de Minos, rey tartáreo, y ella de vicios reina. Pasife, que es lo mismo que vil incontinencia, lascivia desbocada, frenética torpeza, de un toro, que de Europa ser robador pudiera, o en el abril florido constelación etérea, cuya armazón diamante vio el soto en su palestra postrar rivales brutos llevándose la presa de la consorte vaca. Amor sin competencia, aun en los incapaces se apaga entre tibiezas, confusos remolinos, cuello, frente y cabeza le arrugan, afectando robusticidad bella. La piel de dos colores a manchas blanca y negra, en los efectos tigre mejor que en la apariencia. De este, pues, bruto torpe, Pasife, amante ciega, de tal modo se abrasa, con tal rigor se quema, que, monstruo de apetitos, más desatinos ceba, mirándole lasciva, que el toro pace hierbas. La corte por los campos, intempestiva, deja, gozosa con su vista, llorosa con su ausencia; celos irracionales el alma la atormentan deseando transformarse en la rival juvenca, tejiéndole guirnaldas de rosa y madreselva, a sus vaqueros manda que le coronen de ellas. Sonoras campanillas hace que le suspendan al pecho, y que le adornen collares de oro y perlas. Así se precipita la humana incontinencia, ya semejante al hombre, al bruto y a la bestia. Desesperaba modos la adúltera resuelta, piélago de imposibles, infierno de impaciencias, hasta que dos volcanes la hacen caer enferma, dentro del alma el uno, pulsando el otro venas. Contóme sus congojas, compadecíme de ellas. Labré una hermosa vaca, que fue la copia mesma de la que el toro busca, con una capaz puerta del modo que el caballo que a Troya dio tragedias. Degüello, en fin, la viva, cubriendo la madera de estotra inanimada, la piel aún no bien seca, con propiedad en todo tan símil a la muerta, que el poderoso instinto de la naturaleza venció en el toro el arte, pues brama sólo en verla, maromas despedaza y encierros atropella. Entró entonces Pasife, y de la junta horrenda de tan bestial consorcio, el torpe amor engendra al Minotauro infame en cuyo cuerpo median lo irracional y humano, casi hombre y casi fiera. Nació el bastardo monstruo, nació en él la blasfemia de tantos heresiarcas contra la fe y la iglesia, hijo, como este bruto, del vicio que sin rienda por ensanchar lascivias los rayos del sol niegan. Temblaron los mortales, porque la voraz bestia destruye poblaciones, abrasa cuanto encuentra. Mandóme entonces Minos que, de mis agudezas, se valga el artificio para que al monstruo prenda, y yo, por que segura de él viva nuestra Creta, un laberinto formo con infinitas sendas de calles enlazadas, de marañosas selvas, de verdes descaminos que en medio el bruto de ellas, por más que a la salida le buscan leves vueltas, al paso que más andan más míseros se enredan. Aquí los condenados, sirviéndole de presa, primero su muerte hallan que la imposible puerta; aquí cada año llora la tributaria Atenas siete mancebos suyos que al hambre brutal pechan, señal de que si el sabio al vil deleite entrega la libertad del alma, inútiles sus ciencias, padece confusiones de míseras tinieblas a manos de aquel monstruo que el Caos eterno encierra. Cualquier desesperado que, por mostrar sus fuerzas, con este error del mundo inadvertido se entra por nuestro Laberinto, en fe de su soberbia, sirviéndole de pasto a muerte se condena; y ya que tan dichoso en esto alguno sea que célebre, le rinda y tanto se prometa, puesto que en los mortales es bárbara quimera pensar que se halle hazaña que postre su fiereza, como en lo marañoso de tanto árbol y selva se le imposibilita la libertad y puerta, errante por sus lazos, forzoso es que perezca en el estéril sitio, o de hambre o de impaciencia. Ésta es toda la historia, tudesco, que deseas saber, si tu arrogancia valiente persevera. Éste es el laberinto, su entrada mortal ésa. Su centro habita el monstruo. Con él venturas prueba, mas mira lo que haces, que si una vez te enredas, muriendo no hay librarte, por más que te arrepientas.TUDESCO: Por más que hiperbolices, por más que me encarezcas peligros fabulosos que te ha enseñado Grecia, no puedes ser bastante a que prodigios tema quien viene de Alemania a hacer su fama eterna. Mis brazos en la lucha harán un mármol piezas, y por tus embarazos mi espada abrirá sendas. Ya, por entrar Alcides por la tartárea cueva, bostezo todo llamas de la prisión etérea, también halló salida, a su pesar, por ellas. Alcides soy segundo, mas, ¿quién mi faena altera? Tocan un clarín. Sale el REY de Etiopíasobre un camello, como el papel lo pinta REY: Apóstata, sacrílego del cielo, peregrina impresión que tanto subes, exhalación fantástica, en el suelo te precipitas más desde las nubes Faetón, hechura del señor de Delo, que, amotinando angélicos querubes, por presumir aleves desatinos del averno dragón, te llaman Minos. Yo, el rey de la Etiopía, que aparente sólo construyo en montes de la luna, de donde el Nilo nace en la eminente pirámide que al sol sirve coluna, y de sus plumas coronó mi frente el pájaro prodigio cuya cuna sepulcro, atrio, sala y parasismo es Oriente y Ocaso de sí mismo. Yo, que al bruto jayán, cuyas espaldas sirven de pedestal a los castillos, que bélicos abaten las guirnaldas de los muros, si llego a combatillos, y entre rubíes, diamantes y esmeraldas atesoro el marfil de sus colmillos y esquivo de sus últimos encierros a montones la plata, el oro a cerros. Yo, en fin, de quien el sol está envidioso y cada vez que de su carro augusto rayos fulmina su rigor fogoso, al ébano vital siempre robusto trocara, si pudiera, el luminoso y dorado esplendor por el adusto color que baja mi abrasada esfera, porque etíope al sol el mundo hubiera. Yo la conquista de tu Creta elijo, de tu infiel laberinto yo el destrozo; su infernal Minotauro entre el prolijo, caos morirá en confuso calabozo. De Salomón y de Sabá soy hijo; Jerusalén, en el festivo gozo, conque asombró a mi madre aquel rey sabio, tálamo fue de su amoroso agravio. A Etiopía ilustró su descendencia, la ley de su Moisén hemos guardado hasta que, humana ya la omnipotencia del verbo Dios, pasible aunque increado, llegó a nuestra noticia su clemencia cuando Felipe, apóstol consagrado, porque mi reino a todos se anticipe, bautizó en Palestina a otro Felipe. Candaces, reina, es la primer cristiana que merecieron ver los abisinos; hijo soy suyo y, pues que Dios se humana, postrara en su fe tus desatinos. Ya, apóstata precito, la tirana confusión pereció; ya, infernal Minos, no han de oprimir los hombres tus venenos; Minos te llamas, ya has venido a menos.MINOS: Oh, prosapia de Cam, de Dios maldita, aborto de la noche, todo sombra, del cafre descendiente y trogoldita indigno que a mis pies sirvas de alfombra, entra en el laberinto, solicita la muerte al monstruo, si es que no te asombra su formidable forma. Entra en las redes, por que en sus lazos castigado quedes.REY: Espera, basilisco del infierno, que no te han de valer tus artificios. Teseo viene y es monarca eterno que te arroje a inmortales precipicios.MINOS: Deleite del amor lascivo y tierno, engolfadle en la selva de mis vicios.REY: ¿A él blasfemias? ¡Oh, dragón cobarde!MINOS: Vendrá Teseo a redimirte tarde. Vanse todos y sale RISEL, rústico ygracioso RISEL: Ellos deben de cuidar que es barro esto de morir. ¡Qué hobiese yo de salir, entre tantos, a pagar al tarascón el tributo, que esta tierra le promete! ¡Que fuese yo de los siete! ¡Ay, mi rucio! Poneos luto de hoy más por vueso Risel, que ya no vos llevará arre acá ni arre acullá al monte ni al alcacel. Sale FILENO FILENO: Ánimo, pues que la suerte te cupo y lo quiere Dios.RISEL: ¿Tendredes ánimo vos para el sorbo de la muerte? ¡Pardiez que es linda frema con que animáis mi desmayo! Diz que un hombre con su sayo, con su cáscara y su yema se mama el diablo novillo, y tal vez al que le toca se le cuela por la boca todo entero hasta el portillo.FILENO: El Minotauro es voraz.RISEL: ¿El vino-en-tarros ha nombre? Y decid, si llega el hombre y le habla homilde y de paz, con reverencia y mesura, ¿será tan desacatado que le coma?FILENO: Hanle cebado con toda humana criatura; lo que de hombre participas será su manjar y empleo.RISEL: Yo os voto al sol, si me veo una vez dentro sus tripas y el estuémago le escarbo, que en llegándome a sorber más le tengo de valer que seis libras de ruibarbo. Dejadme entrar allá dentro.FILENO: Pues ¿has de vivir comido?RISEL: ¿Por qué no? ¿Vos no heis leído que saliéndole al encuentro a un hombre sin más ni más cuando hueron a arrojarle se le tragó sin liscarle la ballena de Juan Bras?FILENO: Ésa fue una maravilla que usó Dios con su profeta.RISEL: Dejad vos que allá me meta y veredes la rencilla que el vientre conmigo tien; Fileno, yo os juro a un canto, que no han de armar preito tanto dos suegras y un escribén. Pero habrando ahora en juicio, decid, ¿no huera mijor que el reye, nueso señor, llevara a ese sacrificio, sin dar a su corte quejas, las viejas que en ella están? ¿Para qué diabros serán buenas, Fileno, las viejas? Lleve a un sastre mal ladrón que en la cruz de su tijera colgado aplique en la fiera las tripas para el pendón; a un tabernero que imite al signo Acuario mojado, porque tragándole aguado la tarasca le vomite; a un mesonero barriga que venda el gato por liebre y las sisas del pesebre mos pague vuelto en boñiga; pero ¿a un pobre labrador, habiendo tantas mujeres?FILENO: Risel, por tu patria mueres.RISEL: Moríos vos, consolador.FILENO: El Laberinto de Creta nos fuerza a tanta injusticia como ves.RISEL: El avaricia decrépita no se meta en hornos que el vino-en-tarros sin más ni más nos meriende.FILENO: Ya el mar, que el zafir extiende por campos de sol bizarros, nos ha ofrecido a la vista de Creta la injusta playa.RISEL: El Dimuño que allá vaya.FILENO: Si Teseo la conquista y a Minos llega a vencer, ¿de qué es tu necio temor?RISEL: De vino-en-tarros, señor, que a ser vino de beber no temiera los desgarros de su selva y laberinto; más leche, y no branco y tinto, es lo que se bebe en tarros; vino-en-tarros y avaricia decrépita es quien me aprieta.FILENO: Del Laberinto de Creta destrozará la malicia. Dentro VOCES: ¡Tierra! ¡Tierra!TESEO: Echa el batel.RISEL: Tierra dicen, hoy me entierran si en vino-en-tarros me encierran.FILENO: Ánimo, y adiós, Risel.RISEL: Luego ¿a Atenas os tornáis?FILENO: Aguárdanme sus vecinos.RISEL: ¿Y en poder de tarros vinos sin más cuita me dejáis, sin más arte ni más parte?FILENO: Dispónelo el hado ansí. ¿Qué quieres que haga por ti?RISEL: El que le deis de mi parte al mi rucio aqueste abrazo, al mi caro compañero.FILENO: ¿A un jumento? ¡Anda, grosero!RISEL: Diréisle que llegó el prazo del su Risel, ¡ah, mezquino! Llorando pero si una vez me escurro...FILENO: ¿Estás loco?RISEL: Estoy sin burro, que es peor.FILENO: ¡Qué desatino!RISEL: Como no le heis conocido no lloráis cual yo le lloro, que era como un pino de oro; jumento más entendido no le tuvo Grecia.FILENO: Acaba.RISEL: ¿Cuidas que miento? Decían que las burras le entendían cuantas veces rebuznaba, pues la vez que caminaba tan cuerdo hué de día en día, que siempre en todo caía o al de menos trompicaba. Pues ¿sofrido? No hube her, por más palos que le diese, que se enojase o corriese, que él nunca supo correr; pues si acaso algún rocín le guizgaba de repente, le asentaba entre la frente las virillas del chapín. Estas gracias y más tien, que es mi rucio sin segundo. Decid que vo allotro mundo y que haga por mi alma bien; que para que me conorte, cuando al infierno me parta, le enviaré de allá una carta con un celemin de porte; que en mi lugar quedáis vos, y que os lleve por los barros, y que, en fin, del vino-en-tarros le libre el cielo, y adiós. Dentro TESEO: ¡Alto! A tierra, mis soldados.FILENO: No temas, que este es Teseo, y ya triunfante le veo de los bosques intrincados.RISEL: Al mi rucio--¡hao!--lo primero y que de él me acordaré cuando en la caldera esté del señor Pero Botero. Vanse. Sale ARIADNA sola ARIADNA: Isla, que en tanto destierro prendes a tus naturales y con grillos de cristales sabes suplir los de hierro; de deleites infinitos abundas que nos enlacen, mas--¡ay!--que no satisfacen del todo los apetitos; experiencia de ellos hago y advierto en su desazón lo amargo en la posesión y en el hambre el empalago. ¿Qué importa que diferentes conviden a la ignorancia si les falta la sustancia y todos son aparentes? Minos, tirano, me nombra hija suya, y soy su esclava. Dichosa yo cuando andaba gozando de en sombra en sombra los amorosos sesteos de las fuentes y los prados, sin pensiones de cuidados, sin asaltos de deseos, que la presunción humana remite a la vanidad. Mi nombre era voluntad, sin ella soy Ariadna. En esta prisión prolija quiere el tirano que sea, porque crüel me posea, al tiempo que esclava su hija. Apoderóse de mí, y soy en mi adversidad voluntad sin voluntad, pues vivo sin ella aquí. Sale FLORISO FLORISO: Si, inquietando soledades aumentas, señora mía, tus tristezas de día en día y ansias a penas añades, ¿qué esperas mientras que llora prisiones tu adversidad sino que en tu tierna edad juntes tu ocaso a tu aurora? Pues lo crees y al sol deseas, que humanando resplandores facilite tus amores y a la sombra su luz veas, durmiendo a la protección de ese olmo alivian congojas, huecos que adulan las hojas de sus llamas pabellón. Yo le aceché que salía de la embarcación cansado Narciso, que enamorado se miró a esa fuente fría donde los rubios cabellos sus cristales perfilaban y aquí sólo le dejaban sus siervos, porque sin ellos templase a la sed la calma, y cuando al agua llegó los labios, luego la halló en dos búcaros con alma; al besarlos se reía la fuente que los copiaba, y como el rostro bañaba, juzgué que el sol se ponía, porque empezó a oscurecerse la comarcana región, que no hay mucha distinción entre el dormirse y ponerse. Descúbrese TESEO durmiendo, como dicen losversos Juzga, si en sueños abrasa y a cierra ojos da la muerte, qué ha de hacer cuando despierte, que yo doy la vuelta a casa. Vase FLORISO ARIADNA: ¡Qué poco lo encareciste en comparación tan baja! Concédale la ventaja el que de oro cumbres viste. ¡Ay, cielos! En él asiste no sé qué oculta deidad con toda la actividad que obstenta naturaleza. Océano es de belleza que se atreve a inmensidad. Más es que amor el que admito y el que adorarle me induce, que éste limpiezas produce y el otro engendra apetito. Abrásome sin delito y al paso que más le veo más honesta me recreo. ¿Qué será, si no es amor, un ardor que sin ardor es deseo sin deseo? Átomos de aljófar suda y en rayos que al viento extiende sol de sí mismo se enciende. ¡Ay Dios! Si abrasarse duda, compasión, démosle ayuda, no nos usurpen las flores en tan pródigos favores dichas que dan al verterlas. ..................... [ -erlas] ..................... [ -ores]. Llega a enjugarle con un lienzo el sudor, y TESEOdespierta TESEO: ¡Oh selvas que de engañar ponéis escuela al fingir, que avaras sois al cumplir, qué pródigas al pintar! Ve a ARIADNA, levántase y cógela lasmanos ¡Ay, cielos! si esto es soñar, nunca el Amor me despierte.ARIADNA: No me toques, si perderte no intentas, joven hermoso, que cuanto más presuroso más te acercas a la muerte. Cuanto ves en mí es engaño, hechizos cuanto en mí admiras, un monstruo soy de mentiras, áspid que en flor cubre el daño. Huye, peregrino extraño, Circe que entre esta aspereza vendiendo falsa belleza son las frutas de Segor, dentro ceniza y horror y hermosas en la corteza.TESEO: Dices, Ariadna, verdad. Si yo no te conociera, si limpio mi amor no fuera, huyera de tu beldad. ¡Ay, humana voluntad! ¿Qué bárbaro desvarío del conocimiento mío te aparta? Hízote señora la Omnipotencia criadora de ti mesma y tu albedrío. Rindióte la torpe llama al basilisco de Creta, que esclava vil te sujeta cuando hija suya te llama. La ponzoña que derrrama su tiranía infernal te tiene, mi Ariadna, tal, y tal mis ojos te ven, que te hallas mal con el bien y juzgas por bien el mal. Desde el trono regio y sumo de mi padre descendí, Ariadna ingrata, por ti, y en tus brazos me consumo; dejas la luz por el humo, por la infructífera arena la estación de el cielo amena, delicias de él cornucopia, y siendo voluntad propia, voluntad te hiciste ajena.ARIADNA: ¡Ay, gozo del pesar mío! Redímame tu eficacia.TESEO: Omnipotente es mi gracia; dame tu libre albedrío, que de uno y otro confío efecto tan singular que al monstruo puede postrar; pero, aunque hombre y Dios nací, quien te redimió sin ti, sin ti no te ha de salvar.ARIADNA: Eso la fe lo celebra; tenme por tuya desde hoy, mi libre albedrío te doy, hilo es que el pecado quiebra. Dale un ovillo de cordones de seda en-carnada Pero en tus manos la hebra de aqueste ovillo indistinto en tu amante sangre tinto, aunque al Minotauro encuentres, nos sabrá librar cuando entres de su mortal laberinto. Cada uno por mitad corte esta araña en los dos, tú la gracia, que eres Dios, yo mi libre voluntad. Temo la hambrienta impiedad de Minos, dragón crüel. Ata al confuso vergel ése y lo que siendo así no te librará él a ti, tú sí a mí, por ti y por él. Vanse. Salen MINOS, DÉDALO y otros MINOS: ¿Nave en la plaza de guerra y en sus peñas no se ha roto?DÉDALO: Afirman que es su piloto Teseo y que ya está en tierra; y si es él ya Creta sabe que le tiembla y reconoce Neptuno.MINOS: Traerá a los doce Argonautas en la nave de la iglesia.DÉDALO: Su gobierno huracanes atropella, sin prevalecer contra ella las puertas del mismo infierno.MINOS: Habiendo yo atravesado tanto escollo en el camino, tanto del monstruo marino que ninguno se ha escapado desde el primer navegante ni ha de escaparse el postrero, ¿cómo de su golfo fiero sin romperse naufragante una nave tiene audacia de surcar su mar remoto?DÉDALO: Excepcionóla el piloto y preservóla la gracia.MINOS: ¿Cuándo?DÉDALO: En el primero instante que comenzó a navegar, y afirman que ha de quebrar con la quilla de diamante la cabeza a la serpiente, creyendo salirla al paso, para eclipsar con su ocaso la luz de su puro oriente.MINOS: Pues ¿por qué, si se cortó la materia de esa nave de aquel tronco y árbol grave que la culpa corrompió, de los naufragios de Adán no ha de tocarla ni una ola?DÉDALO: Porque es nave única y sola que de lejos nos trae pan que de Ángeles se intitula, y con dos naturalezas, entre cándidas cortezas, es Dios, y hombre la medula. Sale TESEO Pero--¡cielos!--el que veo, ¿no es el mismo de quien doy noticia? MINOS: ¡Temblando estoy! ¿Hombre o Dios eres, Teseo?TESEO: No eres digno tú, tirano, de que yo quién soy te diga; bien sé lo que te fatiga saber, si soy puro humano o aquel amoroso enjerto de quien tiembla tu poder y te ha de desvanecer tres veces en el desierto. Desvela tus confusiones, busca entre la densidad de tu ciega obscuridad para uno y otro razones, serás de ti mismo guerra. Cuando amor nacer me vió todo el cielo me cantó, "¡Gloria a Dios, paz a la tierra!" Di que Dios soy según esto. De un portal la choza baja trigo me escondió entre paja al hielo y la nieve expuesto. Di, pues, que el que en tanta injuria nace, tiembla, gime y llora, no es Dios, porque a Dios ignora la miseria y la penuria. Tres reyes me pagan censo postrados en el portal por Dios, por hombre y mortal, con oro, mirra e incienso; conjetura de estas parias lo que soy, mas no podrás, que hasta en ellas hallarás razones también contrarias. Porque si el incienso y oro por rey y Dios me pronuncia, mortal la mirra me anuncia, y juzgarás a desdoro que un Dios muera y necesite de mirra que le preserve y incorrupto le conserve, pues la razón no lo admite. La sangre ofreció al cuchillo de la ley mi amante llama, y quien su sangre derrama no es Dios, sino hombre sencillo. Más dudará tu temor de que Salvador me nombre, porque sin ser Dios un hombre, ¿cómo será salvador? De Herodes, rey idumeo, que a la inocencia destruye, huyendo salí, y quien huye, ni aun de hombre merece empleo; mas ¿cómo Herodes crüel, belicoso y arrogante, tembló de un desnudo infante si no halló deidad en él? ¿Cómo hambriento si es divino? ¿Quién habrá que hombre le crea, si en Canán de Galilea el agua transforma en vino? Entre estas ambigüedades y otras como ellas te ofuscas, mientras, ciego, atento buscas la luz por obscuridades. Atorméntate, homicida, verdugo tú de ti mismo, torpe, errante en el abismo de mi misteriosa vida, que enigma tuya he de ser porque te aflija y asombre, ya juzgándome puro hombre, ya Dios de inmenso poder, mientras el mundo restauro, que ya por ti es calabozo, tu laberinto destrozo y postro a tu Minotauro. Vase MINOS: Seguidle, vasallos míos, que un reino no admite a dos; ya sea hombre, ya sea Dios, pruebe mis rabiosos bríos, que, pues a su ser me igualo, si al monstruo llega a vencer, yo sabré hacerle poner a la vergüenza en un palo. Vanse. Sale RISEL, temblando RISEL: Los dimuños inventaron tantas calles y revueltas, rodeos y encrocijadas, atajos, ramblas y sendas. Zampáronme dentro el bosque, y en acuita de la puerta, sin topar con su salida, he andado más de tres leguas como jumento de noria, y después que ell hombre piensa que acaba con la espesura, cátale en el medio de ella. ¡Válgate el diabro por trampa! Devanadme esta madeja; al retortero el joicio y atili vobis la cuenda. Lo mismo heime aquí entrado que mandarme que me metan en medio de un guardainfante o de unas calzas tudescas; pues si ell hombre tiene sed, decid que hay fuente o alberca, ni aun charco en que se remoje. Ello, si habramos de veras, bella zahorí soy de agua, que pues siempre la despeñan desde las nubes abajo, no debe de ser por buena. Pero ¿qué ha de her un pobre huérfano de las tabernas, si llamando a un cuero, mama, en vez de un pezón encuentra un cabrozo o cabrahigo, o los brindis de ell arena, que es lo mismo que topar con los pechos de una dueña? Pues para matar ell hambre entrar y hallaréis la mesa en cada árbol que os convide con frutas verdes o secas. Bercebú lleve el piñón, dátil, bellota, ciruela, zarzamora, escaramujo, que he vido en toda la selva, que por más que haya espulgado nísperos, castaños, serbas, no me depare el dimoño ni aun legumbres con ser huerta. A la hé, que si encerraran a don Adán y doña Eva aquí en vez del Paraíso, que nunca doña Culebra se topara tan a mano la barbirrubia camuesa, y que, mal que les pesara, ayunaran mil cuaresmas. Sale el MINOTAURO, como se dirá en elpapel ¡Ay de mí, desmamparado! Mas hétele dónde llega el vino-en-tarros pantasma. ¡San Sansón, Santa Belerma, San Escápame de aquí! ¡San Sastre! ¿qué has dicho lengua? Pídele al cielo perdón, que sastre y santo es blasfemia. De hombre tiene la fachada y de toro la zaguera; el dimuño que pintase dos feguras tan diversas. De hueso trae los bigotes, alquiladle la madera para saleros de bodas, que no os faltará pimienta. Llamas por ellos vomita, y hué boba empertinencía, que toda armazón ganchosa del modo que injuria quema. Estas matas me agazapen. ¡Vióme! Rematamos cuentas. La cara hacia mí emberrincha. Transfórmeme Dios en suegra, que en peligros semejantes, por lo rezongoña y vieja, huirá de su vista un toro sin que el diablo la acometa. ¡Jesucristo, y cómo escarba! Escarba Yo jamás, señora bestia, habré mal del vino-en-tarros De rodillas ni contra su monstruencia dije chas ni mus jamás. Ansí, si es que tiene llenas de limpio trigo los silos de ambos vinos la bodega, chero decir branco y tinto, en catorce años no llueva, porque no se mos ahorque, y a gusto suyo lo venda. Ansí no acierte a su casa la ejecución en las deudas, el huego de las vecinas, ni en sus sembrados la piedra que en otros se desayune; porque si una vez me almuerza, y no le echan veinte gaitas, soy de sustancia indigesta. Zámpese un médico a mula, comeráse en una pieza treinta hespitales de viudas en virtud de sus recetas. Cómase a un pesquisidor, pero a este triste no--¡ahuera!-- que no le dejará entrañas, porque a todos mos las lleva. Acométele y huye por el tablado, y luego andaalrededor de un árbol que ha de haber, y el monstruo trasél dando golpes en el tronco ¡Ay, que acomete a ojalarme! Esta encina me defienda. ¡Zape, ahí me las den todas! ¡Andarlo a la retortera! Veremos, pues, si jugamos los dos la gallina ciega, cuál, andando a la tahona, de los dos sabe más tretas. Dentro FLORISO: Aquí, Teseo divino, el Minotauro se encierra; redímannos tus hazañas de tan formidable fiera. Vase el MINOTAURO RISEL: Ancia allá las patas guía. Vaya muy enhorabuena y ciégale Sant Antón la vez que por acá vuelva. Mucho sudo, y no es almizcle. Sale FLORISO FLORISO: Hoy el mundo se remedia. ¿Quién eres?RISEL: ¿Quién lo pescuda?FLORISO: La esperanza.RISEL: Tarde llega, que ya yo he desesperado; vuesasté se harte de hierba, pues es verde la esperanza y serálo de las bestias.FLORISO: ¿Qué temes?RISEL: Ya está temido.FLORISO: Del laberinto de Creta saldrás hoy.RISEL: Pues ¿por dó salen dell avaricia discreta?FLORISO: Triunfará del Minotauro nuestro Teseo.RISEL: No creiga que cuando le despachare que a mí sus dichas me quepan.FLORISO: ¿Por qué?RISEL: Porque, pues, jamás las buenas suertes me aciertan.FLORISO: ¿Qué dices?RISEL: Las letanías.FLORISO: Ponte a mi lado, no temas.RISEL: ¿Si se hallare en todo ell orbe quien más desdichado sea que yo?FLORISO: ¿Tiemblas?RISEL: Tiemblo y sudo. Olerásme si te acercas. ¿Quieres ver cuán venturoso soy? Pues escucha. Una siesta soñaba que me había hallado un bolsón y dos talegas de doblones de a dos caras, tendidos sobre una mesa, y cuando empiezo a contarlos, al instante me despiertan, dejándome de la galla sin permitirme siquiera que entre sueños recrease mis sentidos con su cuenta. Soñé otra vez que me daban, sacándome a la vergüenza por las calles de mi villa, cuatrocientos de la penca. Iba yo, carivinagre, llorado de verduleras entre escribas y envarados, las espaldas berengenas, y a cada "esta es la josticia" me pespuntaba el gurrea los ribetes, cuatro a cuatro, cual le dé Dios la manteca. Consideren, pues, qué tal iría mi reverencia que--¡vive Dios!--que escocían como si huesen de veras; pues fué mi ventura tal, para que envidia me tengas, que hasta el último pencazo no desperté; de manera que cuando sueño doblones, al primero me recuerdan, y cuando azotes, me obligan que hasta el cuatrocientos duerma. ¿Hay bestia más desdichada? Sale TESEO luchando con el monstruo TESEO: No hay al poder resistencia de mi brazo, que es divino. Monstruo torpe, las cavernas infernales te sepulten. Cae el MINOTAURO, húndese y salen llamas, yéntrase TESEO FLORISO: Victoria, amorosa iglesia; entonadle epitalamios mientras al tálamo llega teñidas las vestiduras de la sangre que en la guerra, por redimir vuestros hijos, derramaron dichas muestras. Sale TESEO y todos los que pudieren TESEO: Emprended fuego, mis fieles, a ese laberinto y selva de deleites y lascivias, de errores y de blasfemias. Mi fe sea inquisidora, pues a los herejes quema, esparza el viento cenizas que contaminan la tierra, y seguidme adonde todos, en delicias siempre amenas, mis triunfos gocéis conmigo.FLORISO: ¡Viva edades sempiternas Teseo, nuestro monarca!RISEL: Viva, y siéntese a la diestra por los siglos de los siglos de su misma omnipotencia. Éntranse, con música, y quedan FLORISOy RISEL FLORISO: ¿Qué juzgas de esta victoria?RISEL: Que parece que la sueñan los temblores que aún me duran, que si me llamó mi aldea el recelo hasta este punto, ya es bien que aquel nombre pierda y el regocijo me llamen, pues me hace el alma gambetas. Tocan dentro FLORISO: Oye, pues, de sus victorias la música sacra y regia.RISEL: ¿Qué son éstas?FLORISO: Chirimías.RISEL: Pues ¿porqué no chirinuesas?FLORISO: Porque son de la esperanza cuando a posesiones llega. Aparece TESEO en lo alto y el altar y cordero como sedice en el papel TESEO: Carísimos alumnos del bautismo que en púrpura y cristal de mi costado ve engendrados quedáis conmigo mismo unidos al amor que os ha enlazado, del laberinto vil del torpe abismo a costa de mi sangre os he librado. Oíd de mis fierezas el empleo, por que sepáis quién es vuestro Teseo. Rey de Atenas intitulan a mi padre, Dios inmenso, porque en Atenas reinaron las ciencias del universo. Y como soy de mi padre la eterna sapiencia, el verbo, y el acto de intelección que de su mente procedo, a Atenas me dan por patria, esto es al entendimiento que de la sabiduría es potencia y es sujeto. Teseo tengo por nombre, que si en Grecia Dios y theos es lo mismo sincopado, ser theos lo que Theseo. Que Egeo se llama afirman a quien mi humano ser debo, pues que egere es el ser pobre, y yo de pobre me precio. Después que a ser hombre vine, y lo fui con tanto extremo que, las fieras en los montes conocen su alojamiento, los pájaros en sus nidos y el hijo del hombre, siendo de la Omnipotencia hijo, no tuvo dónde en el suelo la cabeza reclinase, porque el ser pobre apetezco. La rebelde Sinagoga, que de madre se me ha vuelto madrastra y supersticiosa Medea es de encantamentos, ingrata me ha perseguido, como dirá el menosprecio que hicieron de mi doctrina escribas y fariseos. La envidia de mis hazañas fue el mortífero veneno que provocó sus crueldades y consultó mis tormentos. Debelé las Amazonas, los vicios, digo, superbos, estériles de virtudes, pues que con no más de un pecho sólo las torpezas crían. Di muerte al tirano fiero de Tebas, quiero decir al príncipe del Averno. Eché del mar los piratas, del mundo los bandoleros, de las cortes los engaños, los monstruos de los desiertos, de Creta al dragón intruso, de su enmarañado enredo al lascivo Minotauro; bajé triunfante al infierno, y sus puertas desquiciando, los predestinados presos saqué y dejé a los precitos, porque allí nulla est redemptio. Si refieren las historias que a Ariadna menosprecio y con Fedra me desposo, sabed, fieles, que es lo mesmo que haber dado de repudio el merecido libelo a la Sinagoga ingrata, que fue mi esposa primero, por vuestra gentilidad, que es pasarse el Evangelio al lado diestro, dejando como rebelde al siniestro en mi sacrosanta misa monarca de mis misterios. Agora, pues, que arruinado el marañoso embeleco, del monstruo infernal hospicio, la libertad os he vuelto, gozad, regalados míos, los bosques verdes y amenos de mi jardín delicioso, de mis floridos recreos. En vez del vil Minotauro, la mansedumbre os ofrezco, que os sustente y que dé vida, de este cándido cordero. Desde el origen del mundo os dice Juan que está muerto, aunque para daros vida resucitó al día tercero; mas como se hace memoria en el altar incruento de mi triunfante pasión, vivo en la verdad y efecto y en la apariencia difunto; entre accidentales velos os convido a tres sustancias: divinidad, alma y cuerpo. Tendréisme hasta el fin del mundo tan continuo, tan perpetuo, que desde ahora me llame la fe juge sacramentum. Comeréisme cada día, mas no como el alimento que se convierte en sustancia del que le come perdiendo el ser que hasta entonces tuvo, que aquí, con modo diverso, el que come se transforma en el manjar, adquiriendo casi el ser del que es comido, porque amor invencionero con finezas jamás vistas es pródigo y todo excesos. Negaréme a los sentidos, las almas conmigo uniendo, juntando a la posesión la esperanza y los deseos, porque con modo admirable presente y ausente a un tiempo, por lo ausente deis suspiros y por lo presente afectos. No viéndoos os medrará vuestra fe merecimientos y gozándome comido aliviaréis los destierros de esta peregrinación, hasta que, con dulce vuelo, poseáis tronos augustos en las sillas de mi reino.
FIN DEL AUTO
Texto electrónico por Vern G. Williamsen y J T AbrahamFormateo adicional por Matthew D. Stroud
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Actualización más reciente: 24 Jun 2002
CARTA DE ALEX DE LA IGLESIA A "EL PAIS"
Carta a EL PAÍS de un cineasta del país
¿Por qué al hablar de crisis del cine se cargan las tintas sobre el español? La película más taquillera de 2007 en nuestro país fue una española: 'El orfanato'. Le ganó a 'Piratas del Caribe 3'. Y ahora 'Mortadelo' arrasa
ÁLEX DE LA IGLESIA 06/02/2008
Hace unos días tuve oportunidad de leer un artículo (sin firmar) en la página de opinión de este periódico [El Acento, 24 de enero de 2008] poniendo a parir al cine español en su conjunto, recomendándonos a todos poco más o menos que lo dejáramos y nos dedicáramos a otra cosa, que les haríamos un favor a los espectadores, hartos de nuestra torpeza. Si hablasen de mí lo entendería, porque para eso me pagan. Es mi trabajo y estoy acostumbrado. Pero lo que resulta indignante es que se juzgue con esa pasmosa ligereza a todo un gremio, a la profesión en su totalidad.
Hace unos días tuve oportunidad de leer un artículo (sin firmar) en la página de opinión de este periódico [El Acento, 24 de enero de 2008] poniendo a parir al cine español en su conjunto, recomendándonos a todos poco más o menos que lo dejáramos y nos dedicáramos a otra cosa, que les haríamos un favor a los espectadores, hartos de nuestra torpeza. Si hablasen de mí lo entendería, porque para eso me pagan. Es mi trabajo y estoy acostumbrado. Pero lo que resulta indignante es que se juzgue con esa pasmosa ligereza a todo un gremio, a la profesión en su totalidad.
Todos los cines bajan: el francés, el inglés, el de EE UU... No sólo el español. La culpa es del DVD Lo de las subvenciones se ha convertido en un tópico. Los productores españoles se juegan la piel
¿Se imaginan a alguien diciendo "todos los escritores de este país son aburridos", o "los pintores españoles cansan con sus cuadros de siempre", o "basta ya, por favor, de zapatos españoles, preferimos los italianos"?
Lo que realmente duele de estos palos no es la rotundidad con la que se formulan, sino todo lo contrario, lo alegremente que se escriben, como sin darles importancia. Da la impresión de que no afectaran a nadie. Y ahí se equivocan, porque el cine español no sólo somos cuatro torpes directores sin talento, sino cientos o miles de profesionales que viven de nuestras películas, muchas familias que tienen que buscarse la vida haciendo cualquier otra cosa, porque esto del cine cada vez se lo ponen más difícil.
Nadie nace sintiéndose parte de eso que se llama cine español. De hecho, cuando era joven era tan idiota que creía que mis películas iban a cambiar las cosas. Con los años he conocido a los profesionales que lo componen. Por eso puedo decir que estoy orgulloso de estar ahí, porque sé lo increíblemente doloroso que puede llegar a ser un rodaje, el milagro que supone el estreno de una película en un cine, y no digamos convertirla en un éxito.
Yo no puedo quejarme. Soy un privilegiado, pero intento no perder la perspectiva: amigos míos no tienen la suerte que yo. He visto películas magníficas que no duraban una semana en cartel y desaparecían para siempre. Por eso me gustaría comentar ese artículo. No sólo hablaba de mí, hablaba de amigos míos. Es cierto que no tengo ninguna necesidad. No es nuestro trabajo hablar de cine, sino hacerlo. Sin embargo, tengo la sensación de que es importante responder: si callamos parece que estamos de acuerdo, y os aseguro que no es así.
El artículo comenzaba hablando de cifras, y viene a decir que el cine español ha perdido 6,5 millones de espectadores. Estos datos dieron la vuelta a España en todos los periódicos. Lo gracioso es que, siguiendo esas mismas cifras, el cine "extranjero" ha bajado 12,5 millones. Casi el doble. O sea, que la noticia real es que todos los cines bajan, el francés, el inglés, el americano... No sólo el español, que curiosamente baja menos que el resto. Baja el cine porque todo el mundo tiene uno en casa, con Dolby Digital. El culpable es el DVD y las descargas por Internet, lo sabe todo el mundo. ¿Por qué cargar las tintas sobre el cine español? No lo entiendo.
Otra noticia falsa que nos tuvimos que tragar esos mismos días señalaba que la película más taquillera del año pasado fue Piratas del Caribe 3. Bueno, pues resulta que el Ministerio de Cultura no contabilizó los tres últimos meses (no me pregunten por qué). Contando el año entero, la más taquillera del año pasado fue una española, El orfanato, la espléndida película de Juan Antonio Bayona. ¿No es asombroso y terrorífico que nos echemos piedras a nuestro propio tejado?
En el artículo se menospreciaba, al mismo tiempo, el éxito de Javier Bardem y Alberto Iglesias con sus nominaciones a los Oscar, porque el trabajo de ambos "se enmarca en producciones hollywoodenses". ¿Menospreciarían los británicos el trabajo de John Hurt en mi película porque trabaja en una producción española? Además, ¿en qué industria cinematográfica han visto los americanos el trabajo de Javier y Alberto? ¿En la coreana? Dice el artículo "no es exactamente el cine español lo que se reconoce en los galardones". ¿Qué pasa? ¿Un actor o un músico español deja de serlo porque trabaja fuera? ¿Deja de ser español Fernando Alonso porque trabaja con Renault?
El último párrafo es realmente cruel. "Con unas cuentas o con otras, parece demostrado que el cine español interesa cada vez menos". Yo creo que está ocurriendo exactamente lo contrario, tras los últimos éxitos de El orfanato, El laberinto del fauno, Las 13 rosas, REC, y tantas otras, entre ellas la de un gordo impresentable que era número uno en taquilla el mismo fin de semana que se publicaba el artículo. Y después, ¿qué película era la más vista? Mortadelo, y no me parece precisamente una película extranjera.
Dice el artículo que nos limitamos a "tres o cuatro fórmulas" -la Guerra Civil, el drama social y la comedia de costumbres-. ¿Es eso cierto? Creo que no. No ahora. El cine de género ha vuelto, vemos películas de terror, suspense, vemos comedias y dramas, y además las nuevas generaciones apuntan alto: Los cronocrímenes, la estupenda película de Nacho Vigalondo, tiene dificultades para estrenarse aquí, en España, pero no para estrenarse en Estados Unidos. Las películas que se hacen en este país puede que sean mejores o peores, como todas, pero no son previsibles. No más que las de Hollywood, se lo aseguro, y si no pregúntenselo a Sandra Bullock. A todos nos gustaría poder ser igual de previsibles que Piratas del Caribe 3, pero no podemos porque necesitaríamos aumentar nuestro presupuesto unas cien veces para rodarla, y quinientas veces para promocionarla. Sin embargo, luego competimos en igualdad de condiciones y Jack Sparrow nos saca de los cines porque necesita nada menos que ochocientos cincuenta.
Pero actualmente, el cine que se hace en este país es muy diverso. El orfanato y La soledad compiten juntas en nuestros premios, y gracias a los académicos, la ganadora, cuya vida comercial en las salas había finalizado, puede tener una nueva oportunidad.
Una de las armas que a algunos periodistas les gusta utilizar es insistir en que el cine español está subvencionado, que malgastamos el dinero del contribuyente en tonterías que no interesan a nadie, que vivimos del cuento. Esto es injusto. Una vez decidí producir una película. Tuve que hipotecar dos veces mi casa para pagar los intereses de los créditos y así poder rodarla. Todavía tiemblo al pensar que puse en peligro a mi familia por una película. Para acabarla necesité seis veces el dinero que me otorgaba el Ministerio de Cultura. La subvención me llegó un año después del estreno, y con ella pagué lo que debía en hoteles y laboratorios.
Las subvenciones ayudan al cine, para eso están, como ayudan las que reciben los del teatro, los deportistas, los agricultores, los farmacéuticos o tantos otros. Pero no protegen. Yo no puedo comprar naranjas marroquíes en España, aunque se encuentren a 14 kilómetros y sean diez veces más baratas. Tengo que comprar naranjas españolas. ¿Se imaginan que ocurriera lo mismo con el cine?
Los productores en España se juegan la piel, como muchos otros profesionales, pero pocos son menospreciados en los periódicos como ellos. La gente no lo sabe, y por eso escribo este artículo. Creen que los del cine vivimos una fiesta continua, rodeados de canapés y champán. Y así debe ser, porque nadie va a ver una película de alguien que nos aburre con sus problemas.
Ahora bien, otra cosa es proyectar una visión malintencionada de nosotros. Lo que se decía en ese artículo sobre el cine que se hace en este país no es cierto. Y titular otro artículo "¿Por qué no gusta el cine español?" es tendencioso. Parece que existe la intención de darlo por hecho. Sería más respetable decir "¿Gusta el cine español?".
El público, a mi entender, y dicho desde la más profunda humildad, sigue apostando por nosotros. Nunca vamos a superar las cifras del cine americano porque literalmente es imposible, pero alguna que otra vez, gracias al público, lo conseguimos. Son algunos medios de comunicación (por razones que no voy a entrar a considerar aquí) los que intentan cambiarlo.
Álex de la Iglesia es director de cine.
LOS ASESINOS ERNEST HEMINGWAY
Los asesinos[Cuento. Texto completo]Ernest Hemingway
La puerta del restaurante de Henry se abrió y entraron dos hombres que se sentaron al mostrador.
-¿Qué van a pedir? -les preguntó George.
-No sé -dijo uno de ellos-. ¿Tú qué tienes ganas de comer, Al?
-Qué sé yo -respondió Al-, no sé.
Afuera estaba oscureciendo. Las luces de la calle entraban por la ventana. Los dos hombres leían el menú. Desde el otro extremo del mostrador, Nick Adams, quien había estado conversando con George cuando ellos entraron, los observaba.
-Yo voy a pedir costillitas de cerdo con salsa de manzanas y puré de papas -dijo el primero.
-Todavía no está listo.
-¿Entonces para qué carajo lo pones en la carta?
-Esa es la cena -le explicó George-. Puede pedirse a partir de las seis.
George miró el reloj en la pared de atrás del mostrador.
-Son las cinco.
-El reloj marca las cinco y veinte -dijo el segundo hombre.
-Adelanta veinte minutos.
-Bah, a la mierda con el reloj -exclamó el primero-. ¿Qué tienes para comer?
-Puedo ofrecerles cualquier variedad de sándwiches -dijo George-, jamón con huevos, tocineta con huevos, hígado y tocineta, o un bisté.
-A mí dame suprema de pollo con arvejas y salsa blanca y puré de papas.
-Esa es la cena.
-¿Será posible que todo lo que pidamos sea la cena?
-Puedo ofrecerles jamón con huevos, tocineta con huevos, hígado...
-Jamón con huevos -dijo el que se llamaba Al. Vestía un sombrero hongo y un sobretodo negro abrochado. Su cara era blanca y pequeña, sus labios angostos. Llevaba una bufanda de seda y guantes.
-Dame tocineta con huevos -dijo el otro. Era más o menos de la misma talla que Al. Aunque de cara no se parecían, vestían como gemelos. Ambos llevaban sobretodos demasiado ajustados para ellos. Estaban sentados, inclinados hacia adelante, con los codos sobre el mostrador.
-¿Hay algo para tomar? -preguntó Al.
-Gaseosa de jengibre, cerveza sin alcohol y otras bebidas gaseosas -enumeró George.
-Dije si tienes algo para tomar.
-Sólo lo que nombré.
-Es un pueblo caluroso este, ¿no? -dijo el otro- ¿Cómo se llama?
-Summit.
-¿Alguna vez lo oíste nombrar? -preguntó Al a su amigo.
-No -le contestó éste.
-¿Qué hacen acá a la noche? -preguntó Al.
-Cenan -dijo su amigo-. Vienen acá y cenan de lo lindo.
-Así es -dijo George.
-¿Así que crees que así es? -Al le preguntó a George.
-Seguro.
-Así que eres un chico vivo, ¿no?
-Seguro -respondió George.
-Pues no lo eres -dijo el otro hombrecito-. ¿No es cierto, Al?
-Se quedó mudo -dijo Al. Giró hacia Nick y le preguntó-: ¿Cómo te llamas?
-Adams.
-Otro chico vivo -dijo Al-. ¿No es vivo, Max?
-El pueblo está lleno de chicos vivos -respondió Max.
George puso las dos bandejas, una de jamón con huevos y la otra de tocineta con huevos, sobre el mostrador. También trajo dos platos de papas fritas y cerró la portezuela de la cocina.
-¿Cuál es el suyo? -le preguntó a Al.
-¿No te acuerdas?
-Jamón con huevos.
-Todo un chico vivo -dijo Max. Se acercó y tomó el jamón con huevos. Ambos comían con los guantes puestos. George los observaba.
-¿Qué miras? -dijo Max mirando a George.
-Nada.
-Cómo que nada. Me estabas mirando a mí.
-En una de esas lo hacía en broma, Max -intervino Al.
George se rió.
-Tú no te rías -lo cortó Max-. No tienes nada de qué reírte, ¿entiendes?
-Está bien -dijo George.
-Así que piensas que está bien -Max miró a Al-. Piensa que está bien. Esa sí que está buena.
-Ah, piensa -dijo Al. Siguieron comiendo.
-¿Cómo se llama el chico vivo ése que está en la punta del mostrador? -le preguntó Al a Max.
-Ey, chico vivo -llamó Max a Nick-, anda con tu amigo del otro lado del mostrador.
-¿Por? -preguntó Nick.
-Porque sí.
-Mejor pasa del otro lado, chico vivo -dijo Al. Nick pasó para el otro lado del mostrador.
-¿Qué se proponen? -preguntó George.
-Nada que te importe -respondió Al-. ¿Quién está en la cocina?
-El negro.
-¿El negro? ¿Cómo el negro?
-El negro que cocina.
-Dile que venga.
-¿Qué se proponen?
-Dile que venga.
-¿Dónde se creen que están?
-Sabemos muy bien dónde estamos -dijo el que se llamaba Max-. ¿Parecemos tontos acaso?
-Por lo que dices, parecería que sí -le dijo Al-. ¿Qué tienes que ponerte a discutir con este chico? -y luego a George-: Escucha, dile al negro que venga acá.
-¿Qué le van a hacer?
-Nada. Piensa un poco, chico vivo. ¿Qué le haríamos a un negro?
George abrió la portezuela de la cocina y llamó:
-Sam, ven un minutito.
El negro abrió la puerta de la cocina y salió.
-¿Qué pasa? -preguntó. Los dos hombres lo miraron desde el mostrador.
-Muy bien, negro -dijo Al-. Quédate ahí.
El negro Sam, con el delantal puesto, miró a los hombres sentados al mostrador:
-Sí, señor -dijo. Al bajó de su taburete.
-Voy a la cocina con el negro y el chico vivo -dijo-. Vuelve a la cocina, negro. Tú también, chico vivo.
El hombrecito entró a la cocina después de Nick y Sam, el cocinero. La puerta se cerró detrás de ellos. El que se llamaba Max se sentó al mostrador frente a George. No lo miraba a George sino al espejo que había tras el mostrador. Antes de ser un restaurante, el lugar había sido una taberna.
-Bueno, chico vivo -dijo Max con la vista en el espejo-. ¿Por qué no dices algo?
-¿De qué se trata todo esto?
-Ey, Al -gritó Max-. Acá este chico vivo quiere saber de qué se trata todo esto.
-¿Por qué no le cuentas? -se oyó la voz de Al desde la cocina.
-¿De qué crees que se trata?
-No sé.
-¿Qué piensas?
Mientras hablaba, Max miraba todo el tiempo al espejo.
-No lo diría.
-Ey, Al, acá el chico vivo dice que no diría lo que piensa.
-Está bien, puedo oírte -dijo Al desde la cocina, que con una botella de ketchup mantenía abierta la ventanilla por la que se pasaban los platos-. Escúchame, chico vivo -le dijo a George desde la cocina-, aléjate de la barra. Tú, Max, córrete un poquito a la izquierda -parecía un fotógrafo dando indicaciones para una toma grupal.
-Dime, chico vivo -dijo Max-. ¿Qué piensas que va a pasar?
George no respondió.
-Yo te voy a contar -siguió Max-. Vamos a matar a un sueco. ¿Conoces a un sueco grandote que se llama Ole Andreson?
-Sí.
-Viene a comer todas las noches, ¿no?
-A veces.
-A las seis en punto, ¿no?
-Si viene.
-Ya sabemos, chico vivo -dijo Max-. Hablemos de otra cosa. ¿Vas al cine?
-De vez en cuando.
-Tendrías que ir más seguido. Para alguien tan vivo como tú, está bueno ir al cine.
-¿Por qué van a matar a Ole Andreson? ¿Qué les hizo?
-Nunca tuvo la oportunidad de hacernos algo. Jamás nos vio.
-Y nos va a ver una sola vez -dijo Al desde la cocina.
-¿Entonces por qué lo van a matar? -preguntó George.
-Lo hacemos para un amigo. Es un favor, chico vivo.
-Cállate -dijo Al desde la cocina-. Hablas demasiado.
-Bueno, tengo que divertir al chico vivo, ¿no, chico vivo?
-Hablas demasiado -dijo Al-. El negro y mi chico vivo se divierten solos. Los tengo atados como una pareja de amigas en el convento.
-¿Tengo que suponer que estuviste en un convento?
-Uno nunca sabe.
-En un convento judío. Ahí estuviste tú.
George miró el reloj.
-Si viene alguien, dile que el cocinero salió. Si después de eso se queda, le dices que cocinas tú. ¿Entiendes, chico vivo?
-Sí -dijo George-. ¿Qué nos harán después?
-Depende -respondió Max-. Esa es una de las cosas que uno nunca sabe en el momento.
George miró el reloj. Eran las seis y cuarto. La puerta de la calle se abrió y entró un conductor de tranvías.
-Hola, George -saludó-. ¿Me sirves la cena?
-Sam salió -dijo George-. Volverá en alrededor de una hora y media.
-Mejor voy a la otra cuadra -dijo el chofer. George miró el reloj. Eran las seis y veinte.
-Estuviste bien, chico vivo -le dijo Max-. Eres un verdadero caballero.
-Sabía que le volaría la cabeza -dijo Al desde la cocina.
-No -dijo Max-, no es eso. Lo que pasa es que es simpático. Me gusta el chico vivo.
A las siete menos cinco George habló:
-Ya no viene.
Otras dos personas habían entrado al restaurante. En una oportunidad George fue a la cocina y preparó un sándwich de jamón con huevos "para llevar", como había pedido el cliente. En la cocina vio a Al, con su sombrero hongo hacia atrás, sentado en un taburete junto a la portezuela con el cañón de un arma recortada apoyado en un saliente. Nick y el cocinero estaban amarrados espalda con espalda con sendas toallas en las bocas. George preparó el pedido, lo envolvió en papel manteca, lo puso en una bolsa y lo entregó. El cliente pagó y salió.
-El chico vivo puede hacer de todo -dijo Max-. Cocina y hace de todo. Harías de alguna chica una linda esposa, chico vivo.
-¿Sí? -dijo George- Su amigo, Ole Andreson, no va a venir.
-Le vamos a dar otros diez minutos -repuso Max.
Max miró el espejo y el reloj. Las agujas marcaban las siete en punto, y luego siete y cinco.
-Vamos, Al -dijo Max-. Mejor nos vamos de acá. Ya no viene.
-Mejor esperamos otros cinco minutos -dijo Al desde la cocina.
En ese lapso entró un hombre, y George le explicó que el cocinero estaba enfermo.
-¿Por qué carajo no consigues otro cocinero? -lo increpó el hombre- ¿Acaso no es un restaurante esto? -luego se marchó.
-Vamos, Al -insistió Max.
-¿Qué hacemos con los dos chicos vivos y el negro?
-No va a haber problemas con ellos.
-¿Estás seguro?
-Sí, ya no tenemos nada que hacer acá.
-No me gusta nada -dijo Al-. Es imprudente, tú hablas demasiado.
-Uh, qué te pasa -replicó Max-. Tenemos que entretenernos de alguna manera, ¿no?
-Igual hablas demasiado -insistió Al. Éste salió de la cocina, la recortada le formaba un ligero bulto en la cintura, bajo el sobretodo demasiado ajustado que se arregló con las manos enguantadas.
-Adiós, chico vivo -le dijo a George-. La verdad es que tuviste suerte.
-Cierto -agregó Max-, deberías apostar en las carreras, chico vivo.
Los dos hombres se retiraron. George, a través de la ventana, los vio pasar bajo el farol de la esquina y cruzar la calle. Con sus sobretodos ajustados y esos sombreros hongos parecían dos artistas de variedades. George volvió a la cocina y desató a Nick y al cocinero.
-No quiero que esto vuelva a pasarme -dijo Sam-. No quiero que vuelva a pasarme.
Nick se incorporó. Nunca antes había tenido una toalla en la boca.
-¿Qué carajo...? -dijo pretendiendo seguridad.
-Querían matar a Ole Andreson -les contó George-. Lo iban a matar de un tiro ni bien entrara a comer.
-¿A Ole Andreson?
-Sí, a él.
El cocinero se palpó los ángulos de la boca con los pulgares.
-¿Ya se fueron? -preguntó.
-Sí -respondió George-, ya se fueron.
-No me gusta -dijo el cocinero-. No me gusta para nada.
-Escucha -George se dirigió a Nick-. Tendrías que ir a ver a Ole Andreson.
-Está bien.
-Mejor que no tengas nada que ver con esto -le sugirió Sam, el cocinero-. No te conviene meterte.
-Si no quieres no vayas -dijo George.
-No vas a ganar nada involucrándote en esto -siguió el cocinero-. Mantente al margen.
-Voy a ir a verlo -dijo Nick-. ¿Dónde vive?
El cocinero se alejó.
-Los jóvenes siempre saben qué es lo que quieren hacer -dijo.
-Vive en la pensión Hirsch -George le informó a Nick.
-Voy para allá.
Afuera, las luces de la calle brillaban por entre las ramas de un árbol desnudo de follaje. Nick caminó por el costado de la calzada y a la altura del siguiente poste de luz tomó por una calle lateral. La pensión Hirsch se hallaba a tres casas. Nick subió los escalones y tocó el timbre. Una mujer apareció en la entrada.
-¿Está Ole Andreson?
-¿Quieres verlo?
-Sí, si está.
Nick siguió a la mujer hasta un descanso de la escalera y luego al final de un pasillo. Ella llamó a la puerta.
-¿Quién es?
-Alguien que viene a verlo, señor Andreson -respondió la mujer.
-Soy Nick Adams.
-Pasa.
Nick abrió la puerta e ingresó al cuarto. Ole Andreson yacía en la cama con la ropa puesta. Había sido boxeador peso pesado y la cama le quedaba chica. Estaba acostado con la cabeza sobre dos almohadas. No miró a Nick.
-¿Qué pasa? -preguntó.
-Estaba en el negocio de Henry -comenzó Nick-, cuando dos tipos entraron y nos ataron a mí y al cocinero, y dijeron que iban a matarlo.
Sonó tonto decirlo. Ole Andreson no dijo nada.
-Nos metieron en la cocina -continuó Nick-. Iban a dispararle apenas entrara a cenar.
Ole Andreson miró a la pared y siguió sin decir palabra.
-George creyó que lo mejor era que yo viniera y le contase.
-No hay nada que yo pueda hacer -Ole Andreson dijo finalmente.
-Le voy a decir cómo eran.
-No quiero saber cómo eran -dijo Ole Andreson. Volvió a mirar hacia la pared: -Gracias por venir a avisarme.
-No es nada.
Nick miró al grandote que yacía en la cama.
-¿No quiere que vaya a la policía?
-No -dijo Ole Andreson-. No sería buena idea.
-¿No hay nada que yo pueda hacer?
-No. No hay nada que hacer.
-Tal vez no lo dijeron en serio.
-No. Lo decían en serio.
Ole Andreson volteó hacia la pared.
-Lo que pasa -dijo hablándole a la pared- es que no me decido a salir. Me quedé todo el día acá.
-¿No podría escapar de la ciudad?
-No -dijo Ole Andreson-. Estoy harto de escapar.
Seguía mirando a la pared.
-Ya no hay nada que hacer.
-¿No tiene ninguna manera de solucionarlo?
-No. Me equivoqué -seguía hablando monótonamente-. No hay nada que hacer. Dentro de un rato me voy a decidir a salir.
-Mejor vuelvo adonde George -dijo Nick.
-Chau -dijo Ole Andreson sin mirar hacia Nick-. Gracias por venir.
Nick se retiró. Mientras cerraba la puerta vio a Ole Andreson totalmente vestido, tirado en la cama y mirando a la pared.
-Estuvo todo el día en su cuarto -le dijo la encargada cuando él bajó las escaleras-. No debe sentirse bien. Yo le dije: "Señor Andreson, debería salir a caminar en un día otoñal tan lindo como este", pero no tenía ganas.
-No quiere salir.
-Qué pena que se sienta mal -dijo la mujer-. Es un hombre buenísimo. Fue boxeador, ¿sabías?
-Sí, ya sabía.
-Uno no se daría cuenta salvo por su cara -dijo la mujer. Estaban junto a la puerta principal-. Es tan amable.
-Bueno, buenas noches, señora Hirsch -saludó Nick.
-Yo no soy la señora Hirsch -dijo la mujer-. Ella es la dueña. Yo me encargo del lugar. Yo soy la señora Bell.
-Bueno, buenas noches, señora Bell -dijo Nick.
-Buenas noches -dijo la mujer.
Nick caminó por la vereda a oscuras hasta la luz de la esquina, y luego por la calle hasta el restaurante. George estaba adentro, detrás del mostrador.
-¿Viste a Ole?
-Sí -respondió Nick-. Está en su cuarto y no va a salir.
El cocinero, al oír la voz de Nick, abrió la puerta desde la cocina.
-No pienso escuchar nada -dijo y volvió a cerrar la puerta de la cocina.
-¿Le contaste lo que pasó? -preguntó George.
-Sí. Le conté pero él ya sabe de qué se trata.
-¿Qué va a hacer?
-Nada.
-Lo van a matar.
-Supongo que sí.
-Debe haberse metido en algún lío en Chicago.
-Supongo -dijo Nick.
-Es terrible.
-Horrible -dijo Nick.
Se quedaron callados. George se agachó a buscar un repasador y limpió el mostrador.
-Me pregunto qué habrá hecho -dijo Nick.
-Habrá traicionado a alguien. Por eso los matan.
-Me voy a ir de este pueblo -dijo Nick.
-Sí -dijo George-. Es lo mejor que puedes hacer.
-No soporto pensar que él espera en su cuarto y sabe lo que le pasará. Es realmente horrible.
-Bueno -dijo George-. Mejor deja de pensar en eso.
FIN
30 Ago 2006
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